VALNCIA 17 Jul. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Instituto de Investigación Sanitaria Incliva, del Hospital Clínico de Valncia, han desarrollado un estudio para analizar y evitar los posibles efectos adversos derivados de la presencia de citomegalovirus (CMV) en la sangre de pacientes receptores de terapias CAR-T, llamadas a convertirse en un pilar del tratamiento de diversos tipos de cáncer hematológico.
Los resultados de la investigación se han publicado recientemente en la revista 'Clinical Microbiology and Infection', en un artículo titulado 'Cytomegalovirus DNAemia in hematological patients undergoing CD19-directed CAR-T cell therapy: should it be systematically monitored?'
El estudio se enmarca en las investigaciones que está realizando en los últimos años el Grupo de Investigación Microbiología Molecular y Patogénesis Microbiana de Incliva, coordinado por el doctor David Navarro Ortega --jefe del Servicio de Microbiología del Hospital Clínico y catedrático de Microbiología de la Universitat de Valncia (UV)--, con la colaboración del Grupo de Investigación en Trasplante Hematopoyético de Incliva, coordinado por el doctor Carlos Solano Vercet, jefe del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Clínico y catedrático de Medicina en la UV.
En la investigación han participado también los doctores Eliseo Albert Vicent y Estela Giménez Quiles, del Grupo de Investigación Inmunobiología de la infección por el CMV, liderado por el Dr. Navarro, y Juan Carlos Hernández-Boluda, José Luis Piñana, Rafael Hernani, Ariadna Pérez y Ana Benzaquén, del Grupo de Investigación en Trasplante Hematopoyético Incliva.
Los doctores Manuel Guerreiro, Jaime Sanz y Pedro Chorao, hematólogos del Hospital La Fe, han colaborado en la recogida de datos. Por su parte, los doctores Estela Giménez y David Navarro son colaboradores del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER), del Instituto de Salud Carlos III.
El estudio se recoge, además, en la tesis doctoral 'Virología e inmunología de la infección por CMV en el paciente con neoplasias hematológicas en la era de las nuevas bioterapias', de Carlos Solano de la Asunción, investigador colaborador del Grupo de Investigación Inmunobiología de la infección por el CMV y primer firmante del citado artículo.
El tratamiento con células CAR-T (células T con receptor de antígeno quimérico) es una forma de inmunoterapia que ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de ciertos tipos de cáncer, especialmente los hematológicos. El proceso de tratamiento con células CAR-T implica varios pasos. En primer lugar, mediante un procedimiento similar a la donación de sangre, se extraen células T del paciente que se envían a un laboratorio donde son genéticamente modificadas para expresar un receptor de antígeno quimérico (CAR) específico para el antígeno presente en las células cancerosas.
Una vez que las células T han sido modificadas genéticamente, se multiplican en el laboratorio para obtener un número suficiente de células CAR-T que se infunden nuevamente en el paciente a través de una transfusión intravenosa con el propósito de destruir selectivamente las células cancerosas.
Aunque el tratamiento con células CAR-T ha producido respuestas clínicas notables con ciertos subconjuntos de leucemia o linfoma de células B, hay aún muchos desafíos que limitan su eficacia en tumores sólidos y neoplasias malignas hematológicas. Entre estos desafíos se encuentra la infección por una amplia variedad de bacterias y virus, siendo especialmente relevante la infección por CMV por su prevalencia y morbimortalidad, complicación común en pacientes sometidos a terapia CAR-T.
PREGUNTA INICIAL
La pregunta inicial de los investigadores era si la terapia CAR-T puede conducir a una reactivación del CMV en pacientes con infección latente. El estudio se puso en marcha con el objetivo de conocer mejor la dinámica del CMV en pacientes con neoplasias hematológicas tratados con nuevas terapias como CAR-T, más dirigidas y que aumentan la eficacia antitumoral y mejoran resultados previos, pero que también pueden tener impacto en la susceptibilidad a este virus y en las estrategias de monitorización, profilaxis o tratamiento.
La presencia del CMV en sangre puede detectarse en un gran porcentaje de los pacientes seropositivos tratados con esta terapia (hasta un 45%), pero faltan datos acerca de su comportamiento e inmunobiología, así como su posible contribución a empeorar los resultados clínicos.
En este estudio observacional retrospectivo se reclutaron 51 pacientes CMV-seropositivos (pacientes que ya habían tenido contacto previo con el CMV) sometidos a terapia CAR-T en el Hospital Clínico de Valncia o el Hospital La Fe. Se monitorizó la DNAemia de CMV en plasma, es decir, presencia del CMV en la sangre del paciente, hasta el día +90 tras la infusión de la terapia CAR-T, recogiendo suero de los pacientes los días +0, +7, +14, +21, +30, +60 y +90. A continuación y mediante ensayos de reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real, se determinó la presencia o no del CMV en la sangre del paciente (DNAemia).
Después se recogieron distintas variables de interés y se estudió la relación de la reactivación del CMV con estas variables, así como la correlación entre ellos, pudiendo concluir que la DNAemia por CMV fue un fenómeno común en los pacientes, pero resolvía espontáneamente y no condujo en ningún caso a enfermedad de órgano diana.
Los investigadores consideran que los pacientes con CAR-T pueden beneficiarse de la monitorización sistemática de la DNAemia por CMV, especialmente los pacientes seropositivos para CMV con DNAemia por CMV detectada al inicio del estudio.