MADRID, 9 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un total de 91 naciones no están produciendo suficientes niños para mantener sus poblaciones actuales, mientras sucede lo contrario en 104 países donde las altas tasas de natalidad están impulsando el incremento de la población, según un nuevo estudio científico. Además, esta investigación sitúa a España entre los tres países con la mayor esperanza de vida saludable, después de Singapur y Japón.
Las tasas de fertilidad total (TFR), una medida resumida que representa el número promedio de hijos que una mujer daría a luz durante su vida, han disminuido desde 1950. En 2017, la TFR más baja fue en Chipre, donde en promedio, una mujer daría a luz a uno durante toda su vida, a diferencia de la más alta, en Níger, donde una mujer daría a luz a siete hijos.
Además de Níger, Mali, Chad y Sudán del Sur se encontraban entre las 104 naciones con tasas de fertilidad superiores a dos nacimientos por mujer, en comparación con 91 países, entre ellos Singapur, España, Portugal, Noruega y Corea del Sur, junto con Chipre, con tasas más bajas que dos.
"Estas estadísticas representan tanto un 'baby boom' para algunas naciones como una 'baby quiebra' para otras --dice el doctor Christopher Murray, director del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME) de la Universidad de Washington--. Las tasas más bajas de fertilidad de las mujeres reflejan claramente no solo el acceso y la disponibilidad de servicios de salud reproductiva, sino también muchas mujeres que eligen retrasar o renunciar al embarazo, así como tener más oportunidades de formación y empleo".
Los hallazgos se incluyen en el estudio anual de la Carga Global de Enfermedad (GBD, por sus siglas en inglés), al que contribuyen 3.676 colaboradores de 146 países y territorios. El estudio de este año incluye más de 38.000 millones de estimaciones de 359 enfermedades y lesiones y 84 factores de riesgo en 195 países y territorios.
Esta versión del estudio GBD, publicada en la revista médica internacional 'The Lancet', marca la primera vez que el estudio produce sus propias estimaciones de población y fertilidad. La población mundial aumentó en un 197 por ciento desde 1950, de 2.600 millones a 7.600 millones en 2017.
"Por lo que sabemos, este es el primer estudio que proporciona estimaciones transparentes y replicables de la población y la fertilidad que se pueden usar para aportar información a la toma de decisiones y para monitorizar el progreso económico de las naciones --dice Murray--. Aunque las tasas de fertilidad totales están disminuyendo, la población mundial continúa creciendo a medida que caen las tasas de mortalidad y debido al 'impulso' de la población en décadas anteriores".
De 2007 a 2017, la población mundial ha crecido anualmente en 87,2 millones de personas, en comparación con 81,5 millones anuales de 1997 a 2007. En 1950, los países de ingresos altos representaban el 24 por ciento de la población mundial, pero en 2017, la población de estos países fue el 14 por ciento.
ESPAÑA, ENTRE LOS PAÍSES CON POBLACIÓN EN DECLIVE
Entre los países cuyas poblaciones crecieron anualmente más del 2 por ciento de 2010 a 2017, 33 se encontraban en el África subsahariana. Además de Níger, esas naciones incluyen Nigeria, Etiopía y Mali. Fuera de África, India, Pakistán, Papúa Nueva Guinea y Haití se encuentran, entre otros, con poblaciones en crecimiento. En comparación, 33 países tuvieron poblaciones en declive entre 2010 y 2017, la mayoría de los cuales se ubicaron en Europa Central, Oriental y Occidental, como Georgia, Polonia, Rumanía, Grecia, España, Portugal, Japón, Cuba y Puerto Rico.
Además de la población y la fertilidad, la GBD de este año, con los resultados descritos en siete artículos científicos, cubre la mortalidad y la esperanza de vida, las causas de muerte y los años de vida sana perdidos, los años vividos con discapacidad, la carga general de la enfermedad, los factores de riesgo y el posibilidades de que cada nación cumpla con 41 de los indicadores relacionados con la salud que forman parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas para 2030.
El estudio GBD identifica naciones con una esperanza de vida saludable alta y baja, según los años que una persona puede esperar tener buena salud, teniendo en cuenta tanto la muerte como la discapacidad. En 2017, los tres primeros países fueron Singapur (74,2 años), Japón (73,1 años) y España (72,1 años); las más bajas fueron República Centroafricana (44,8 años), Lesotho (47,0 años) y Sudán del Sur (50,6 años).
Entre los hallazgos sobre los ODS, el informe destaca que los puntajes más altos en cuanto a la disponibilidad de trabajadores de la salud (médicos, enfermeras, parteras y farmacéuticos) se encontraban en Cuba, Qatar y muchos países europeos, mientras que la mayoría de los más bajos se encontraban en el África subsahariana. Varias naciones latinoamericanas tuvieron las peores calificaciones de violencia sexual por parte personas no cercanas, mientras que muchos países en Asia Central, Europa del Este y Asia Meridional obtuvieron las mejores puntuaciones.
La mayoría de los países tienen una probabilidad del 95 por ciento de cumplir con los objetivos de los ODS para la incidencia de la malaria, así como con las muertes de niños menores de 5 años, la mortalidad neonatal y la mortalidad materna. La mayoría de las naciones no cumplirán con sus objetivos de reducir las muertes por enfermedades no transmisibles, como la diabetes o el accidente cerebrovascular, o por suicidio. Es poco probable que se logre el objetivo de eliminar las nuevas infecciones por VIH.
El estudio revela que cada uno de los siguientes factores de riesgo causó más de 1 millón de muertes en todo el mundo en 2017: cardiopatía isquémica, trastornos neonatales, accidentes cerebrovasculares, infecciones respiratorias bajas, diarrea, lesiones de tráfico y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Respecto a la pérdida de salud (medida en años de vida ajustados por discapacidad o DALY, por sus siglas en inglés) debido a otros factores de riesgo, muchos de los más comunes, como la presión arterial alta y el tabaquismo, han cambiado poco en las clasificaciones de top 15 entre 2007 y 2017. Otros puntos destacados relacionados con los factores de riesgo de las clasificaciones según el número de DALY para todas las edades incluyen: incremento de la presión arterial alta pasando del quinto lugar en 1990 al primero en 2017; el tabaquismo, del cuarto al segundo puesto; niveles elevados de azúcar en sangre, del 11 al tercer puesto, y índice de masa corporal (IMC) alto, del puesto 16 al cuarto.
Al igual que los factores de riesgo, hubo diferencias significativas en las clasificaciones y cambios porcentuales de las causas de DALY en todas las edades en 1990 en comparación con 2017: los trastornos por uso de drogas aumentaron un 71 por ciento; la diabetes creció un 117 por ciento; la enfermedad de Alzheimer y otras demencias subieron un 115 por ciento; el dolor de cuello aumentó un 75 por ciento; la pérdida de audición relacionada con la edad creció un 80 por ciento y los trastornos depresivos se elevaron un 53 por ciento. También se detectaron diferencias por sexos.
"Con el aumento de la esperanza de vida en muchos países, la pregunta para todos nosotros en el campo de la política de salud es si los años adicionales se pasan con buena salud o mala salud --dice Murray--. La carga de las patologías de discapacidad tiene serias implicaciones para los sistemas de salud y los gastos relacionados con la salud. Las tendencias mundiales entre las enfermedades no transmisibles indican que se necesita un mayor esfuerzo para aumentar la esperanza de vida saludable".