MADRID, 25 Jun. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación sugiere que el entorno cultural podría jugar un papel importante en la manera en que se aprende a razonar, que es diferente en distintos países o culturas, algo que ha sido objeto de controversia entre los psicólogos para determinar cuando los bebés aprenden diferentes tipos de pensamientos abstractos. El trabajo apunta a que el ambiente cultural puede jugar un papel importante.
El estudio, publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences', detalla tres experimentos que involucran a casi 400 niños en Estados Unidos y China, con edades entre 18 y 48 meses.
Los niños fueron evaluados sobre sus habilidades de "razonamiento relacional". Específicamente, se evaluó su capacidad para inferir los conceptos abstractos 'igual' y 'diferente' de pares de bloques que coincidían o no.
Los niños más pequeños en Estados Unidos y China parecen tener un éxito similar. Sin embargo, según la investigación, a los 3 años, los niños chinos superan a los estadounidenses.
El conjunto de menores de 3 años se desenvuelve de manera similar al reconocer las relaciones entre pares de bloques, ya sean iguales o diferentes, y luego determinar si la igualdad o diferencia de estos bloques es la responsable de activar un juguete musical.
Pero después las habilidades divergen en las dos culturas por un tiempo. Además, cuando se les da la opción de favorecer una solución basada en objetos (pensamiento concreto) y una solución basada en relaciones (resumen), los niños de 3 años norteamericanos prefieren el primero, mientras que los chinos optan por el segundo.
Los investigadores se preguntaron por qué la curva de desarrollo para los niños estadounidenses se ve como una 'U', con habilidades de razonamiento relacional que disminuyen alrededor de los 3 años hasta que se recuperan más tarde, mientras que los niños chinos no muestran tal caída en el medio y su desarrollo parece seguir una trayectoria lineal.
A su juicio, las razones fundamentales podrían ser lingüísticas, pero también culturales, ambientales o una combinación de éstas. En cualquier caso, lo que parece existir es un "sesgo aprendido", y los niños en los Estados Unidos aprenden, por un tiempo, a centrarse en los objetos en detrimento de las relaciones.
Las autoras del artículo, Alexandra Carstensen, investigadora postdoctoral en la Universidad de Stanford y académica visitante en la Universidad de California en San Diego, y Caren Walker, profesora asistente de Psicología en UC San Diego y directora del Laboratorio de Aprendizaje Temprano y Cognición de la universidad, comenzaron a trabajar en la idea cuando ambos eran estudiantes graduados en Universidad de California en Berkeley.
Walker había demostrado anteriormente que los niños comienzan a razonar de manera abstracta mucho más jóvenes de lo que se creía anteriormente (además de que en Estados Unidos pierden la capacidad por un tiempo). Ese trabajo llevó a Carstensen a preguntarse sobre el posible papel del lenguaje.
Tanto Carstensen como Walker están realizando un trabajo de seguimiento para ampliar la investigación para averiguar, con estudiantes graduados y no graduados en Hungría, Alemania, Italia, el Reino Unido y Pakistán, qué características culturales pueden ser más relevantes para el razonamiento relacional y el sesgo aprendido en su contra.
Mientras tanto, Walker y su laboratorio también están realizando una serie de proyectos para examinar formas de hacer que los niños en edad preescolar en los Estados Unidos piensen de manera más abstracta.
"No tiene que ser algo tan fuerte como el idioma o el contexto cultural lo que marque una gran diferencia --aventura Walker--. Podría ser tan pequeño como cambiar algunas características del entorno de aprendizaje, o simplemente cambiar un puñado de simples señales de aprendizaje".