Enfisema pulmonar, el gran desconocido para muchos fumadores

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Actualizado: sábado, 15 diciembre 2018 8:40

    MADRID, 15 Dic. (EDIZIONES) -

   Es muy conocida la relación entre el tabaco y el cáncer de pulmón, pero no tanto la relación de este tóxico con el enfisema pulmonar. No obstante, puede ser igual de alarmante e incapacitante. Se trata de una enfermedad respiratoria crónica y progresiva que, a día de hoy, obliga en algunos casos a convivir con un aparato de oxígeno la mayor parte del tiempo.

   El enfisema es una manifestación de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Según explica en una entrevista con Infosalus el doctor José Luis López-Campo, neumólogo en el Hospital Universitario Vírgen del Rocío de Sevilla, se trata de una desestructuración del pulmón.

   "El pulmón es como una esponja que se abre y se cierra con los movimientos respiratorios. Como consecuencia del humo del tabaco, el pulmón se va deshaciendo poco a poco con el paso de años, especialmente donde se produce el intercambio gaseoso, en los alveolos pulmonares, que se van agrandando, con la consecuente destrucción del pulmón", señala el también miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).

   Así, relata que cuando una persona es fumadora y durante muchos años, al inhalar el humo del tabaco el aparato respiratorio se inflama para defenderse de ese tóxico. "Hay distintas formas de defenderse. La EPOC, que aparece como consecuencia de ese aumento de la inflamación, si afecta más a los bronquios, las tuberías que llevan aire a los pulmones, se defiende en forma de bronquitis crónicas. Hay otras veces que afecta a los pulmones en sí, y esta afectación es el enfisema", precisa.

   En este punto, el doctor López-Campo advierte de que se trata de una enfermedad silenciosa, y muchos pacientes desconocen que la padecen. "El gran drama de la EPOC no diagnosticada es que cuanto antes se empiece el tratamiento hay una mayor probabilidad de que la enfermedad avance más lentamente. Por eso, ante una alerta, si se ha sido fumador conviene que se haga una espirometría", remacha el neumólogo.

   En concreto, cita que del 10% de pacientes con EPOC no saben que tienen enfisema. En cambio, dice que sí se tiene conocimiento de que el 70 % desconoce que tiene la enfermedad. "Hay una relación que todo el mundo conoce entre tabaco y cáncer, pero lamentablemente no entre tabaco y enfisema, a su vez un factor de riesgo para el cáncer de pulmón. De tal manera que se establece un triángulo entre los tres, y se les tiene que otorgar una especial atención para que no se desarrolle a la larga el cáncer de pulmón", destaca el especialista del Hospital Vírgen del Rocío de Sevilla.

   Para verificar que se tiene un enfisema el doctor López-Campo indica que es necesaria, entre otras pruebas, la realización de la citada espirometría, así como de un TAC. Sobre su tratamiento, el experto indica que si se trata de un enfisema asociado a una enfermedad genética, hoy en día una enfermedad rara, sí tiene un tratamiento de una proteína deficitaria en estos casos, que produce el enfisema.

   En cuanto al enfisema normal asociado a la EPOC, el neumólogo de la SEPAR remarca que tiene un tratamiento basado en broncodilatadores de acción prolongada, con un impacto muy positivo en la enfermedad y en concreto en la función pulmonar, con una mejoría de síntomas de manera crónica, lo que repercute de forma final en la calidad de vida del paciente.

   Dejar de fumar es la mayor de las prevenciones que puede realizarse sobre el enfisema, según destaca el doctor López-Campo, porque esta patología, salvo si se trata de la enfermedad rara antes mencionada, se deberá fundamentalmente al consumo de tabaco. "Muchos pacientes preguntan si al dejar de fumar se recuperará su función pulmonar pero la mayor parte se quedan como están. No empeoran y con tratamientos mejoran mucho. Se puede vivir con EPOC", subraya.

   Después el segundo pilar del tratamiento para que la enfermedad mejore es realizar ejercicio. También se les 'prohíbe' el ver la televisión en la medida de lo posible, deben salir a la calle. "Se ha demostrado que cuanto más sedentario es el paciente peor para su enfermedad. Les hace que les falte aire al moverse, aparezca la 'disnea', por lo que se convierte en un círculo vicioso por el que se mueven menos. La única manera de romperlo es mejorando con la broncodilatación, con fármacos, y haciendo ejercicio físico, así como dejando de fumar", reconoce López-Campo.

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