MADRID, 4 Jul. (EUROPA PRESS) -
Las personas con enfermedad renal crónica (ERC) en tratamiento renal sustitutivo requieren de un plan de cuidados integral y personalizado, acorde a la etapa y evolución de su enfermedad.
La depresión y la ansiedad son trastornos frecuentes en la población con enfermedad renal en diálisis, sin embargo, aproximadamente el 70% de pacientes en hemodiálisis que tienen síntomas depresivos o ansiosos no los consideran como tales, no perciben que necesitan terapia o temen declararlos por el estigma de la enfermedad mental.
Asimismo, la nutricionista de Fresenius Medical Care, Katherine Sagastegui, afirma que "la dieta en la enfermedad renal crónica cobra una especial relevancia".
Por otro lado, solo un 33% de los pacientes con ERC están activos laboralmente, la discapacidad llega al 50-70%, la dependencia es "elevada" y las relaciones sociales "se ven afectadas", afirma la trabajadora social de Fresenius Medical Care, María Gómez.
En este sentido, los expertos de Fresenuis Medical Care han recogido una serie de recomendaciones en alimentación, salud mental y orientación social para los pacientes de la enfermedad renal crónica en diálisis.
RECOMENDACIONES NUTRICIONALES
Sagastegui advierte de la importancia de asegurarse de consumir las proteínas magras necesarias como pollo, pavo, conejo, pescados blancos y huevos. Además, se debe consumir energía necesaria provenientes de hidratos simples como la pasta, pan, arroz o fruta y complejos como las legumbres y verduras.
El paciente no se puede olvidar de la hidratación recomendada, que pasa por la ingesta de medio litro de agua al día. Asimismo, es necesario equilibrar la dieta ajustando el potasio, sodio y fósforo; y suplementar con vitaminas hidrosolubles y vitamina D según pauta médica.
Por otro lado, la especialista recomienda organizar la compra y el menú de forma semanal, que asegurará cubrir los nutrientes necesarios en la dieta. Así, añade que se deben evitar productos como la bollería industrial, dulces y snacks, refrescos, embutidos grasos y con sal, los precocinados y moderar el consumo de sal, utilizando, en su lugar especias.
Además, en verano, el paciente debe tener especial cuidado con la hidratación, siguiendo algunas técnicas como organizar la hidratación diaria; beber vasos pequeños de agua con una rodaja de limón congelada o arándanos congelados; consumir fruta congelada o fría; o enjuagarse la boca con agua fría o con enjuagues bucales.
RECOMENDACIONES EMOCIONALES
En este aspecto, la psicóloga Cristina Delgado, advierte que los pasos a seguir pasan por identificar las emociones; aceptarlas y escucharlas, sin oponer resistencia, ya que esto no hará que desaparezcan; exteriorizarlas como paso clave para aliviarlas; y una vez conocidas, aprender a gestionarlas.
Además, buscar apoyo, hablar, desahogarse y/o utilizar disciplinas como la pintura, meditación, escritura, bailar, pasear por la naturaleza o hacer ejercicio, pueden ser herramientas útiles para gestionarlas, explica.
Por otro lado, los programas psicoeducativos sobre la ansiedad, depresión, gestión emocional, así como la información sobre la enfermedad, tratamiento, ayudas sociales o dieta favorecen su adaptación a la situación y se han mostrado útiles para motivar a los pacientes a que se involucren en su autocuidado, reduciendo los síntomas de ansiedad y depresión y mejorando su calidad de vida.
La experta aconseja buscar ayuda profesional si se presentan síntomas como un estado de ánimo bajo o irritable; pérdida de interés en actividades placenteras; tristeza o sensación de vacío persistente; alteraciones en el apetito y/o del sueño; dificultad para concentrarse; fatiga y baja energía casi todo el día; fuerte sentimiento de inutilidad y culpa; o pensamientos de suicidio o muerte.
RECOMENDACIONES EN ORIENTACIÓN SOCIAL
En este caso Gómez, recomienda medidas de protección social, que incluyen acceso a tratamientos como diálisis o trasplante, apoyo económico, beneficios sociales y transporte... Su objetivo es aliviar la carga de la enfermedad y mejorar la calidad de vida del paciente y su familia.
Otras ayudas disponibles están relacionadas con el acceso a la vivienda, como bonos sociales, acceso a vivienda social temporal y definitiva; necesidades básicas, como la comida, un comedor social; extranjería, como recursos de acogida, acceso a sanidad; y relaciones sociales, como asociaciones, organizaciones o talleres.