MADRID, 28 Jul. (EUROPA PRESS) -
Dos grupos de células nerviosas pueden actuar como 'interruptores de encendido y apagado' hacia el apareamiento y la agresión masculina, sugiere un nuevo estudio en roedores. Estas neuronas parecen enviar señales entre dos partes del cerebro, la zona posterior o posterior de la amígdala y el hipotálamo, que juntas regulan las emociones, incluidos el miedo, la ansiedad y la agresión.
Dirigido por investigadores de la Escuela de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York (NYU), el estudio muestra que los ratones machos lucharon por tener relaciones sexuales en experimentos que bloquearon las señales de un grupo de células de amígdala que se comunica con el hipotálamo (células de señalización de MPN). Cuando las mismas señales fueron reforzadas, los animales no solo pudieron aparearse, sino que cortejaron repetidamente a hembras no receptivas, algo que no harían normalmente.
Del mismo modo, cuando se bloqueó la acción de un segundo grupo celular en la amígdala que también se comunica con el hipotálamo (células de señalización VMHvl), los roedores atacaron a machos desconocidos la mitad de las veces. Cuando se activaron estas mismas neuronas, los ratones se volvieron inusualmente agresivos, incluso atacaron a sus compañeras y machos familiares.
"Nuestros hallazgos proporcionan nuevas ideas sobre el papel crucial que desempeña la amígdala posterior en la conducción de comportamientos sociales masculinos como el sexo y la agresión", dice el autor principal del estudio, Takashi Yamaguchi, becario postdoctoral en NYU Langone Health y su Instituto de Neurociencia.
Investigaciones anteriores sugirieron el papel de la amígdala en la regulación de los comportamientos sociales, pero hasta ahora los expertos no habían descubierto su papel preciso en los comportamientos sexuales. En cambio, los investigadores se habían centrado en el hipotálamo vecino, donde se encuentran las estructuras MPN y VMHvl, como el regulador cerebral del apareamiento y la lucha.
La nueva investigación, publicada en línea en la revista 'Nature Neuroscience', es la primera en descubrir dos grupos distintos de células que facilitan la comunicación entre la amígdala posterior y las partes del hipotálamo responsables del sexo y la agresión, dice Yamaguchi. También proporciona evidencia clave de que la amígdala posterior ejerce una influencia "tremenda" sobre el comportamiento social, agrega.
Para el estudio, los investigadores observaron la actividad de las células cerebrales en más de 100 ratones machos que estaban montando y luchando. Los autores midieron con qué frecuencia las células nerviosas dispararon señales de forma natural durante el día de los animales.
Descubrieron que las células de señalización de MPN eran más activas durante el sexo, mientras que las células de señalización de VMHvl eran más activas durante los enfrentamientos con otros hombres. Para cada uno de los dos grupos celulares, los investigadores suprimieron o activaron las neuronas y observaron con qué frecuencia los ratones intentaron montar una pareja o atacar a un extraño macho colocado en su recinto.
"Nuestra nueva comprensión de qué células provocan comportamientos sexuales y agresivos debería ayudarnos a elegir mejores objetivos cerebrales a medida que diseñamos futuros tratamientos para los trastornos psiquiátricos", explica el investigador principal del estudio, Dayu Lin, profesor asociado de NYU Langone y su Instituto de Neurociencia.
Aún así, Lin advierte que gran parte de la estructura de la amígdala posterior sigue siendo poco conocida y que los investigadores aún necesitan determinar cómo estos hallazgos podrían traducirse en cerebros humanos. Su equipo también planea estudiar cómo los dos grupos de células nerviosas interactúan en los cerebros de las roedores hembras.