El 60% de los niños que sobrevivieron al huracán Katrina tiene problemas mentales serios, según estudio

Huracán Katrina
LARRY W. KACHELHOFER
Actualizado: lunes, 23 agosto 2010 13:43

El desastre ha multiplicado por 4,5 el riesgo de padecer trastornos de salud mental en los niños afectados

MADRID, 23 Ago. (EUROPA PRESS) -

Cinco años después de la llegada del huracán Katrina a las costas de Luisiana y de que provocara la evacuación de cerca de 1,5 millones de personas residentes en Nueva Orleans y sus alrededores, un estudio realizado por el Centro Nacional de Medidas de Seguridad frente a Catástrofes (NCDP, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos afirma que seis de cada diez niños supervivientes del desastre sufre a consecuencia de ello desórdenes emocionales serios, problemas de comportamiento o inestabilidad familiar.

El trabajo, publicado en el 'Journal of Disaster Management and Public Health Preparedness', refleja los resultados del seguimiento clínico de más de 1.000 familias desplazadas por el huracán y afirma que más de un tercio de los niños en estas circunstancias ha sido diagnosticado de al menos un problema de salud mental desde que llegó el Katrina, siendo los desórdenes de conducta y comportamiento las patologías más frecuentes.

En este sentido, en torno al 45 por ciento de los padres reportaron que sus hijos experimentaban algún problema emocional o psicológico que no se había manifestado antes del Katrina. Sin embargo, menos del 50 por ciento de estos padres buscaron ayuda psicológica o consejo profesional para sus hijos.

Los hallazgos del estudio se apoyan en los datos clínicos de la fundación Children's Health, que instaló clínicas móviles en todas las poblaciones afectadas para proporcionar asistencia a familias y niños afectados. De este modo, los investigadores han comprobado que los niños que han sufrido las consecuencias del huracán han multiplicado por 4,5 su riesgo de padecer un problema emocional serio, como el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

TRATADOS COMO SI FUERAN PROBLEMAS RESPIRATORIOS

Por otra parte, los especialistas de la fundación Children's Health denuncian que entre junio de 2009 y junio de 2010, los problemas psiquiátricos, de desarrollo o de aprendizaje en niños afectados por el Katrina tratados en centros de asistencia fueron diagnosticados en su mayoría como trastornos respiratorios.

"Los niños que viven en una situación de pobreza son dos veces más susceptibles a sufrir desórdenes emocionales serios", comentan los autores del estudio. A este respecto, "hasta 20.000 niños supervivientes del Katrina se encontrarían en esta situación e, incluso, podrían ser más", indican en su informe titulado 'El legado del Katrina: Impacto de la defectuosa recuperación en niños vulnerables de la Costa del Golfo'.

"Para evitar que el número siga creciendo --señalan-- son necesarias acciones inmediatas que incrementen los recursos de los servicios de asistencia psiquiátrica en esta zona". En esta línea, la investigación apunta que, de la mitad de los hogares del estudio que vivían en una situación de inestabilidad antes del desastre, un 60 por ciento respondió cinco años después que su situación seguía igual o peor que antes de la llegada del Katrina.

MÁS ANSIEDAD, DEPRESIÓN Y VIOLENCIA

"Estudios previos han demostrado un incremento significativo de la prevalencia de los trastornos de ansiedad, depresión y estrés postraumático tras el huracán, además de un aumento de la violencia y el número de suicidios", apunta en un artículo añadido el editor del 'AMA's Disaster Medicine and Public Health Preparedness journal', Italo Subbarao.

"Este trabajo confirma además que los niños y los adultos que se ven envueltos en catástrofes naturales pueden tener hasta un 40 por ciento más de riesgo de sufrir una enfermedad mental", añade.

Según los especialistas del Centro Nacional de Medidas de Seguridad frente a Catástrofes, el considerable progreso alcanzado por la reconstrucción de la economía y las infraestructuras de la zona ha venido acompañada de una incertidumbre, una angustia psicológica y una inestabilidad significativa dentro de los hogares afectados, algo que, sin duda, ha repercutido en la salud emocional de los niños.