Dos herbicidas de uso común son perjudiciales para la función cerebral de los adolescentes

Archivo -     La Universitat de Lleida (UdL) será la primera universidad de España que podrá comprobar la eficacia de herbicidas en fase de experimentación y dictaminar si se pueden comercializar una vez que el grupo de Malherbologia y EcologÍa Vegetal
Archivo - La Universitat de Lleida (UdL) será la primera universidad de España que podrá comprobar la eficacia de herbicidas en fase de experimentación y dictaminar si se pueden comercializar una vez que el grupo de Malherbologia y EcologÍa Vegetal - UDL - Archivo
Publicado: miércoles, 11 octubre 2023 7:52


MADRID, 11 Oct. (EUROPA PRESS) -

La exposición a dos de los herbicidas más populares se asoció con una peor función cerebral entre los adolescentes, según un estudio dirigido por investigadores de la Escuela Herbert Wertheim de Salud Pública y Ciencia de la Longevidad Humana de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) publicado en la edición en línea de 'Environmental Health Perspectives'.

Los investigadores informan de la medición de las concentraciones de metabolitos de dos herbicidas de uso común --glifosato y ácido 2,4-diclorofenoxiacético (2,4-D)-- y el repelente de insectos DEET en muestras de orina recogidas en 2016 de 519 adolescentes, de 11 a 17 años, que vivían en el cantón agrícola de Pedro Moncayo, en Ecuador.

Los investigadores también evaluaron el rendimiento neuroconductual en cinco áreas: atención y control inhibitorio, memoria y aprendizaje, lenguaje, procesamiento visoespacial y percepción social.

"Muchas enfermedades crónicas y trastornos mentales en adolescentes y adultos jóvenes han aumentado en las dos últimas décadas en todo el mundo, y la exposición a contaminantes neurotóxicos en el medio ambiente podría explicar una parte de este aumento", destaca el autor principal José Ricardo Suárez, profesor asociado en la Escuela Herbert Wertheim de Salud Pública.

El glifosato, un herbicida no selectivo utilizado en muchos cultivos, incluidos el maíz y la soja, y para el control de la vegetación en entornos residenciales, se detectó en el 98 por ciento de los participantes, mientras el 2,4-D, un herbicida de hoja ancha utilizado en céspedes, zonas acuáticas y cultivos agrícolas, se detectó en el 66% de los participantes.

Las cantidades más elevadas de 2,4-D en orina se asociaron con un menor rendimiento neuroconductual en los ámbitos de la atención y el control inhibitorio, la memoria y el aprendizaje, y el lenguaje.
La concentración de glifosato en orina se asoció con puntuaciones más bajas sólo en percepción social, mientras que los metabolitos del DEET no se asociaron con el rendimiento neuroconductual.

Tras la introducción de los cultivos modificados genéticamente resistentes al glifosato 'Roundup-ready' en 1996 y los cultivos resistentes al 2,4-D en 2014, se han producido aumentos sustanciales en el uso de glifosato y 2,4-D, convirtiéndolos en los herbicidas más utilizados en el mundo, escribieron los autores.

"Hay un uso considerable de herbicidas e insecticidas en las industrias agrícolas, tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo de todo el mundo, lo que aumenta el potencial de exposición de niños y adultos, especialmente si viven en zonas agrícolas, pero no sabemos cómo afecta a cada etapa de la vida", señala la primera autora Briana Chronister, candidata a doctorado en el Programa Conjunto de Doctorado en Salud Pública de la UC San Diego (Estados Unidos) y la Universidad Estatal de San Diego.

Estudios anteriores han relacionado la exposición a algunos de los insecticidas más utilizados con alteraciones del rendimiento neurocognitivo, mientras que otros insecticidas también pueden afectar al estado de ánimo y al desarrollo cerebral. En la actualidad, el 20% de los adolescentes y el 26% de los adultos jóvenes padecen trastornos mentales diagnosticables, como ansiedad, depresión, impulsividad, agresividad o trastornos del aprendizaje.

Los autores informan de que el 2,4-D se asoció negativamente con el rendimiento en las cinco áreas neuroconductuales, pero se observaron asociaciones estadísticamente significativas con la atención y el control inhibitorio, la memoria y el aprendizaje, y el lenguaje.

El glifosato sólo tuvo una asociación negativa significativa con la percepción social, una prueba que mide la capacidad de reconocer emociones, mientras que los metabolitos del DEET no se asociaron con alteraciones neuroconductuales.

"Cada año se lanzan al mercado cientos de sustancias químicas nuevas, y en la actualidad hay registradas más de 80.000 sustancias químicas --afirma Suárez--. Lamentablemente, se sabe muy poco sobre la seguridad y los efectos a largo plazo en los seres humanos de la mayoría de estas sustancias químicas. Se necesita más investigación para comprender realmente su impacto".