MADRID, 8 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un estudio colaborativo, publicado en 'Frontiers in Medicine', señala que la disfunción pulmonar a largo plazo está asociada a la edad avanzada, la dificultad respiratoria aguda y la presencia de hipertensión y resistencia a la insulina.
El trabajo ha estado liderado por Estefanía Nova-Lamperti, de la Universidad de Concepción (Chile); Gonzalo Labarca, de la Universidad de Harvard (EEUU), y Mauricio Hernández, del Instituto MELISA (Chile). Además, ha contado con la participación de investigadores de destacadas instituciones académicas, al tiempo que ha buscado identificar las secuelas asociadas a la disfunción pulmonar a largo plazo (L-PDD) en pacientes con Covid-19.
Durante la pandemia de Covid-19, se han identificado diversos tipos de secuelas en pacientes recuperados de SARS-CoV-2 de forma sostenida. Para referirse a este fenómeno, los investigadores han utilizado la terminología de Covid-19 post-aguda, síndrome post-Covid-19 o Covid-19 larga. Asimismo, para ser clasificados como tales, los síntomas no deben ser atribuibles a otras causas.
Entre los síntomas identificados, se han descrito varias manifestaciones pulmonares. Por ejemplo, la alteración de la tomografía computarizada (TC) tras la infección se ha asociado a la necesidad de ventilación mecánica invasiva durante la fase aguda de la enfermedad, mientras que la reducción de la capacidad de difusión del monóxido de carbono (DLCO) es una de las alteraciones de la función pulmonar más notificadas 6 meses después de la Covid-19.
Del mismo modo, la Covid-19 aguda grave se ha asociado a un mayor riesgo de secuelas pulmonares a largo plazo, como anomalías estructurales pulmonares y alteraciones de la difusión de O2.
BUSCARON SECUELAS PULMONARES DESPUÉS DEL COVID
En base a esto, Estefanía Nova-Lamperti, ha explicado que "el objetivo de nuestro estudio fue identificar secuelas pulmonares post-Covid-19, a corto y mediano plazo, en una cohorte de pacientes chilenos antes de la aparición de las vacunas en el mercado, y determinar las vías inflamatorias a nivel celular y molecular, asociadas a la insuficiencia pulmonar sostenida en el tiempo".
La cohorte de este estudio consistió en 60 sujetos portadores de Covid-19 (leve, moderada o grave), que fueron evaluados según los resultados de su tomografía computarizada y examen de DLCOc a los 4 meses de la infección, para identificar a los pacientes con disfunción pulmonar a largo plazo (L-TPD).
Posteriormente, una vez confirmada la L-TPD, se identificaron los principales parámetros que apoyan esta condición durante la fase aguda de la patología y 4 meses después de la infección, además de las consecuencias concomitantes a largo plazo a los 12 meses después de la infección por Covid-19.
En cuanto a la metodología de la investigación, Gonzalo Labarca indicó que se realizó un estudio clínico traslacional prospectivo en un momento bastante complejo, como es el inicio de la pandemia.
"El enfoque del estudio fue observar las secuelas entre el tercer y cuarto mes, y después de un año de la infección aguda. Nos centramos en características clínicas como comorbilidades, salud mental, salud física, fatiga, funciones cardiopulmonares y un estudio en profundidad del sueño (considerando a priori que estos sistemas iban a estar significativamente alterados). Curiosamente así fue, y tanto en la primera evaluación como en la que se hizo después de un año, encontramos un alto porcentaje de síntomas, además de disfunción metabólica, insuficiencia insulínica y diabetes que se presentaron con el paso del tiempo, lo que nos dio luz sobre cuáles eran las secuelas del Covid en el aspecto clínico", agregó.
Para Mauricio Hernández, jefe de Laboratorio del Instituto MELISA, la proteómica fue una herramienta fundamental para llevar a cabo esta investigación: "En nuestro laboratorio hemos desarrollado una metodología robusta para el análisis masivo de suero y plasma, lo que sin duda nos posiciona como uno de los centros de investigación con mayor capacidad en Latinoamérica. Gracias a esto, pudimos obtener valiosa información que nos permitió describir, desde el punto de vista inmunológico y sistémico, cómo evolucionaron los pacientes a lo largo del tiempo, lo cual fue consistente con los datos obtenidos clínicamente".
Esta investigación concluyó que la disfunción pulmonar a largo plazo está asociada a la edad avanzada, la dificultad respiratoria aguda y la presencia de hipertensión y resistencia a la insulina.
"Nos dimos cuenta de que los pacientes que mantienen el daño pulmonar presentaban un estado hipóxico, incluso hasta 12 meses después de la infección, mayor inflamación sistémica que afectaba a la barrera endotelial, reducción de la respuesta de fagocitosis mediada por receptores Fc y aumento del síndrome metabólico y de la resistencia a la insulina. Es por ello que los individuos con Covid persistente deben tener un tratamiento definido por equipos multidisciplinares que busquen la recuperación gradual del paciente mediante ejercicio físico, terapia de salud mental e intervención nutricional", concluye Nova-Lamperti.