MADRID, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un paciente, un hombre iraní de 54 años, con una infección inusualmente grave ha revelado un tipo raro de inmunodeficiencia. Se trata de un tipo de virus del herpes que es poco probable que notara algo cuando lo infectó. Los científicos consideran que una variación genética rara está en el origen de este caso,según publican en la revista 'The New England Journal of Medicine'.
A veces llamado 'virus sigiloso', el citomegalovirus (CMV) es extremadamente común y afecta hasta al 90 por ciento de los adultos. Pero para la gran mayoría de las personas, cuyo sistema inmunológico funciona normalmente, es inofensivo o, en el peor de los casos, causa fiebre o dolor de garganta.
Sin embargo, hay casos extremadamente raros de personas que desarrollan una infección por CMV grave, incluso mortal, a pesar de tener un sistema inmunitario que controla adecuadamente otros microbios. Ahora, al estudiar uno de esos casos, de un hombre iraní de 54 años, los científicos han encontrado una variación genética rara que puede explicar cómo este virus común puede llegar a ser fatal.
Los hallazgos se suman a una visión emergente de las enfermedades infecciosas que no se enfoca únicamente en los patógenos sino que también considera las variaciones mínimas en el huésped.
"Una inesperada enfermedad infecciosa potencialmente mortal que no se explica por un sistema inmunitario comprometido a menudo resulta ser un trastorno genético", dice el investigador principal Jean-Laurent Casanova, jefe del Laboratorio de Genética Humana de Enfermedades Infecciosas de la Universidad Rockefeller.
UN CASO ENTRE UN MILLÓN
El CMV no es un virus trivial. Puede causar serios problemas en alguien cuyo sistema inmunitario, por ejemplo, se ha visto comprometido por el sida o se ha suprimido médicamente en preparación para un trasplante de órgano.
También es peligroso para los fetos, pues uno de cada cinco bebés que lo adquiere antes del nacimiento tendrá problemas de salud a largo plazo, como pérdida de audición, pero en casi todos los demás, el sistema inmunitario es capaz de controlar el virus antes de que se arraigue.
Pero en el caso de un hombre iraní sano, el virus resultó inesperadamente mortal. El médico Davood Mansouri, el médico del paciente, llamó a Casanova sobre el misterioso caso: aunque recibió tratamiento y parecía tener un sistema inmune funcional, su enfermedad continuó empeorando. Dos años y medio después de su diagnóstico inicial, murió de insuficiencia respiratoria.
Mansouri, un viejo amigo, sabía que Casanova querría investigar. Los científicos estiman que una infección por CMV que pone en peligro la vida afecta solo a una de cada millón de personas sanas, tan raramente que los investigadores casi nunca han tenido la oportunidad de estudiarla.
"¿Una persona de 50 años que moriría en un par de años de infección primaria por CMV? Nunca había encontrado un caso así y ni siquiera había oído hablar de él", asegura Casanova.
UN ERROR INNATO DE INMUNIDAD
Para encontrar una explicación, los investigadores secuenciaron los genes codificadores de proteínas o exomas del hombre. Encontraron variaciones en algunos genes, pero solo uno se destacó: una mutación en NOS2, que resultó en una versión acortada y no funcional de una enzima conocida como óxido nítrico sintasa o NOS2.
Aunque el papel de NOS2 en la respuesta inmune humana no se conoce bien, Casanova inmediatamente supo que este no era un hallazgo casual. Otro científico que había conocido durante muchos años, Carl Nathan de la Universidad de Cornell, había sido pionero en el estudio de NOS2 en ratones. Había demostrado que es un componente crítico de los macrófagos, las células inmunes que matan a los microbios. Los ratones sin NOS2 son altamente susceptibles a la versión del ratón de CMV.
En base a estos hallazgos, Casanova y sus colegas sospechan que la falta de NOS2 explica por qué el paciente no pudo controlar el virus. De forma similar a los ratones, los humanos pueden necesitar NOS2 para combatir el CMV.
Los hallazgos eventualmente pueden conducir a nuevos tratamientos para casos graves de CMV, así como a exámenes genéticos para identificar a las personas que son vulnerables a un virus que seguramente encontrarán en algún momento de su vida.
El descubrimiento también agrega otro ejemplo al creciente grupo de los llamados errores innatos de inmunidad, las variaciones genéticas que afectan la capacidad de una persona para combatir una enfermedad infecciosa. Hasta ahora, los científicos han identificado más de 400 errores genéticos de este tipo.
"Es el precio ocasional que pagamos por la diversidad genética lo que ha alimentado la variedad de la vida", señala Casanova.