MADRID, 3 Ene. (EUROPA PRESS) -
Neurobiólogos de la Universidad de Ginebra (Suiza) han descubierto en un estudio realizado en ratones, y que ha sido publicado en la revista 'Nature', los circuitos cerebrales que se producen con el consumo abusivo de drogas.
En concreto, los científicos han descubierto que el circuito cerebral que conecta la región cerebral de la toma de decisiones con el sistema de recompensa es más fuerte en los animales compulsivos. Además, observaron que al disminuir la actividad de este circuito, los ratones compulsivos pudieron recuperar el control y, a la inversa, al estimular la conexión, los que inicialmente se controlaban, se volvían adictos.
La adicción es una enfermedad que se desarrolla en dos etapas: comienza con la exposición inicial a una sustancia y le sigue una fase en la que el consumo permanece controlado. Las estimaciones clínicas sugieren que solo una de cada cinco personas pasa del uso controlado al uso compulsivo.
"No sabemos por qué una persona se vuelve adicta a las drogas mientras que otra no. Pero nuestro estudio identifica la diferencia en la función cerebral entre los dos comportamientos", ha explicado el autor principal y profesor de los departamentos de Neurociencias Básicas y Clínicas de la Facultad de Medicina, Christian Lüscher.
Como modelo de adicción, los investigadores implantaron a los ratones una fibra óptica, lo que permitió al animal estimular su sistema de recompensa ubicado en la parte superior del tronco cerebral. Al presionar una pequeña palanca, se encendió un láser cuya luz activó un interruptor molecular agregado previamente a las células nerviosas. Las mismas células son activadas por las drogas adictivas y son responsables del refuerzo del comportamiento.
Posteriormente, les sometieron a una descarga eléctrica débil para poder observar qué ratones continuaron con la autoestimulación. "Esto nos permitió identificar los ratones que se habían vuelto compulsivos. De hecho, el 40 por ciento de los animales rápidamente dejó de activar la palanca después de la introducción del castigo", han explicado los expertos.
Asimismo, los neurobiólogos de UNIGE confirmaron que este circuito era responsable del comportamiento compulsivo al aumentar artificialmente su actividad en un ratón que mantuvo el control. Por el contrario, cuando redujeron la actividad del circuito en un ratón adicto, el roedor dejó de activar la palanca.