Descubren nuevos genes implicados en una cardiopatía rara y potencialmente mortal que se presenta en lactantes

Rolf Bodmer and Georg Vogler.
Rolf Bodmer and Georg Vogler. - SANFORD BURNHAM PREBYS
Publicado: lunes, 24 julio 2023 14:59

   MADRID, 24 Jul. (EUROPA PRESS) -

   Mediante la identificación de genes en pacientes y la comprobación de sus efectos en moscas de la fruta, investigadores de Sanford Burnham Prebys, en Estados Unidos, han hallado nuevos genes que contribuyen al síndrome del corazón izquierdo hipoplásico (HLHS), una cardiopatía rara y potencialmente mortal que se presenta en lactantes. Los hallazgos, publicados en la revista 'eLife', acercan a los científicos a desentrañar la biología de esta compleja enfermedad.

   "Cada caso de HLHS es único porque hay muchas cosas diferentes que pueden ir mal durante el desarrollo temprano del corazón", ha indicado el autor principal y director del Centro de Trastornos Genéticos e Investigación del Envejecimiento en Sanford Burnham Prebys, Rolf Bodmer.

   "Si somos capaces de descubrir qué impulsa biológicamente esta enfermedad, quizá algún día sea posible prevenirla o reducir las complicaciones de las personas que la padecen", ha añadido.

   En los bebés con HLHS, el lado izquierdo del corazón (ventrículo izquierdo) está poco desarrollado y es incapaz de bombear sangre oxigenada al resto del cuerpo. Los centros para el control y la prevención de enfermedades calculan que cada año nacen en Estados Unidos unos 1.025 bebés con HLHS, y que representa entre el 2 y el 4 por ciento de todos los defectos cardíacos congénitos. Aunque poco frecuente, el HLHS es extremadamente peligroso, casi siempre es mortal sin múltiples operaciones a corazón abierto.

   Se cree que la genética es una de las principales causas del HLHS, pero los genes específicos implicados siguen siendo un misterio. Para buscar los genes que contribuyen al HLHS, los investigadores secuenciaron los genomas de 183 personas con HLHS y de sus padres, incluida una familia en la que los padres estaban emparentados genéticamente entre sí. Centrarse en esta familia ayudó a los investigadores a reducir su búsqueda a unos pocos genes clave.

   "Heredamos dos variantes distintas de cada gen, una de cada progenitor", ha explicado el profesor asistente de investigación en Sanford Burnham Prebys y coautor principal del estudio, Georg Vogler.

   "Si ambos progenitores transmiten una variante genética que puede causar problemas, entonces el efecto de esa variante genética se acentúa en el hijo. Debido a este efecto, esta familia nos dio una oportunidad única para buscar nuevos genes que impulsan el SHLH y que pueden no ser tan evidentes en otras familias", ha subrayado Vogler.

   Para comprobar si los genes identificados podían contribuir al HLHS, los investigadores realizaron experimentos genéticos en corazones de mosca de la fruta con genes similares a los de los corazones humanos. Descubrieron que el bloqueo de la actividad de estos genes en las moscas interfería con la capacidad de su corazón para contraerse, lo que provocaba importantes defectos cardíacos.

   "Aunque se necesitará más investigación para explorar con precisión cómo estos genes dan lugar a defectos cardíacos, una hipótesis es que, debido a que ciertas variantes genéticas dificultan la contracción del corazón, la sangre no puede fluir tan fácilmente al lado izquierdo del corazón, comprometiendo así su correcta formación", ha indicado Bodmer, que ha añadido que "esto podría dar lugar a los tipos de anomalías que se observan en el HLHS".

   Aunque los investigadores identificaron genes que pueden contribuir al HLHS, advierten que es poco probable que encontremos un único gen implicado en la enfermedad en todos los casos.

   "El HLHS depende de muchos factores genéticos y ambientales, pero cuanto más sepamos sobre ellos, más posibilidades tendremos de encontrar nuevas formas de prevenir y tratar la enfermedad", afirma Bodmer.

   "Por ejemplo, es posible que el aumento de la actividad de uno de estos genes sea suficiente para fortalecer el corazón y reducir el riesgo de complicaciones cardiacas en los supervivientes", ha finalizado Bodmer.