El hallazgo "allana el camino" para abordar la proliferación de células cancerígenes
BARCELONA, 2 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigadores de los laboratorios de Fisiología Molecular y Biología del Desarrollo de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) ha identificado cómo las células utilizan el canal iónico mecanosensible Piezo1 para coordinar la división celular en dos células hijas, "una de las propiedades fundamentales de una célula".
En un comunicado este martes, la UPF ha explicado que el hallazgo, publicado en la revista 'Science Advances' establece las bases para comprender esta etapa fundamental para el crecimiento y la renovación de los órganos y "allana el camino" para abordar la proliferación de células cancerígenas.
El investigador y líder del proyecto, Miquel A. Valverde, ha explicado que la separación celular es como separar un chicle formando un fragmento largo y fino que acaba por romperse: "El tramo largo y delgado de la membrana plasmática y el citoplasma que conecta las dos células hijas se llama puente intercelular y el corte final que da como resultado las dos células se llama abscisión".
La investigadora principal del estudio, Cristina Pujades, ha sostenido que el corte final es un paso crítico en la división celular: "No puede ocurrir ni demasiado pronto porque las células hijas podrían no recibir toda la información requerida, ni demasiado tarde porque las células hijas que se separen podrían fusionarse en una sola célula con dos núcleos".
En el segundo caso, las células podrían adquirir un número incorrecto de cromosomas, en lo que se conoce como una aneuploidía, "característica significativa de numerosos tipos de cáncer", ha detallado Pujades.
El equipo de la UPF ha hallado que durante la citocinesis, el canal iónico mecanosensible Piezo1 se activa casi de manera única en el puente intercelular donde se genera un señal de calcio que se difunde.
También han descubierto que Piezo 1 es necesario para una citocinesis con éxito en distintos tipos de células, incluidas las endoteliales que recubren el interior de los vasos sanguíneos, las células que curan las heridas, las células del cáncer de mama o en organismos completos como los embriones del pez cebra.