MADRID 5 Mar. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de Duke Health (Estados Unidos) han concluido que el crecimiento excesivo de células nerviosas en la vejiga es la causa más probable del dolor persistente para las personas con infecciones recurrentes del tracto urinario (ITU), incluso después de que los antibióticos hayan eliminado con éxito las bacterias.
El hallazgo, publicado en la revista 'Science Immunology', ofrece un posible nuevo enfoque para tratar los síntomas de las infecciones urinarias recurrentes, que permitiría abordar el problema con mayor eficacia y reducir el uso innecesario de antibióticos.
"Las infecciones del tracto urinario representan casi el 25 por ciento de las infecciones femeninas", explica el doctor Soman Abraham, autor principal y profesor de los departamentos de Patología, Genética Molecular y Microbiología, Inmunobiología Integrativa y Biología Celular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke.
"Muchas son ITU recurrentes, y los pacientes se quejan con frecuencia de dolor pélvico crónico y frecuencia urinaria, incluso después de una ronda de antibióticos", explica Abraham. "Nuestro estudio describe por primera vez una causa subyacente e identifica una posible nueva estrategia de tratamiento", ha señalado.
Abraham y sus colegas recogieron biopsias de vejiga de pacientes con infecciones urinarias recurrentes que sufrían dolor a pesar de no tener bacterias cultivables en la orina. Utilizando como comparación biopsias de personas sin ITU, hallaron indicios de que los nervios sensoriales estaban muy activados en los pacientes con ITU, lo que explicaba la persistente sensación de dolor y frecuencia urinaria.
Otros estudios en ratones revelaron los hechos subyacentes, con unas condiciones únicas en la vejiga que impulsan a los nervios activados del revestimiento a florecer y crecer con cada infección.
"Normalmente, durante cada infección urinaria, las células epiteliales cargadas de bacterias se desprenden y se produce una destrucción significativa del tejido nervioso cercano", explica Byron Hayes, autor principal del estudio y anteriormente becario postdoctoral en el Departamento de Patología de Duke. "Estos acontecimientos desencadenan un rápido programa de reparación en la vejiga dañada que implica el recrecimiento masivo de las células nerviosas destruidas", ha expresado.
Esta respuesta inmunitaria, incluidas las actividades de reparación, está dirigida por los mastocitos, que son células inmunitarias que combaten las infecciones y los alérgenos. Los mastocitos liberan unas sustancias químicas llamadas factor de crecimiento nervioso, que impulsan el crecimiento excesivo y aumentan la sensibilidad de los nervios. El resultado es dolor y urgencia.
Los investigadores pudieron abordar estos síntomas tratando a los ratones del estudio con moléculas que suprimen la producción del factor de crecimiento nervioso generado por los mastocitos.
"Este trabajo ayuda a esclarecer un trastorno clínico desconcertante que genera gastos médicos y afecta a la calidad de vida de millones de personas, sobre todo mujeres", afirma Abraham. "Comprender la diafonía entre mastocitos y nervios es un paso esencial hacia tratamientos eficaces para las personas que sufren infecciones urinarias de repetición", ha apuntado.