Descubre qué emoción es un poderoso motivador

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Publicado: martes, 31 octubre 2023 8:17

MADRID, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -

Aunque a menudo se percibe como una emoción negativa, la ira también puede ser un poderoso motivador para que las personas alcancen metas desafiantes en sus vidas, según una investigación publicada por la Asociación Americana de Psicología en el 'Journal of Personality and Social Psychology'.

"La gente a menudo cree que un estado de felicidad es ideal, y la mayoría de las personas consideran la búsqueda de la felicidad un objetivo importante de la vida", explica la autora principal Heather Lench, profesora en el departamento de ciencias psicológicas y del cerebro en la Universidad de Texas A & M (Estados Unidos).

"La opinión de que la emoción positiva es ideal para la salud mental y el bienestar ha sido prominente en los relatos laicos y psicológicos de la emoción, pero investigaciones anteriores sugieren que una mezcla de emociones, incluidas las emociones negativas como la ira, dan lugar a los mejores resultados", añade.

La teoría funcionalista de la emoción, estudiada durante décadas, sugiere que todas las emociones, buenas o malas, son reacciones a acontecimientos del entorno de una persona y sirven para alertarla de situaciones importantes que requieren acciones, según Lench.

Cada emoción puede requerir una respuesta diferente. Por ejemplo, la tristeza puede indicar que una persona necesita buscar ayuda o apoyo emocional, mientras que la ira puede sugerir que necesita actuar para superar un obstáculo.

Para comprender mejor el papel de la ira en la consecución de objetivos, los investigadores llevaron a cabo una serie de experimentos con más de 1.000 participantes y analizaron los datos de las encuestas de más de 1.400 encuestados. En cada experimento, los investigadores provocaron una respuesta emocional (como ira, diversión, deseo o tristeza) o un estado emocional neutro y, a continuación, presentaron a los participantes un objetivo desafiante.

En uno de los experimentos, se mostraron a los participantes imágenes diseñadas para suscitar respuestas emocionales o neutras específicas y, a continuación, se les pidió que resolvieran una serie de sopas de letras. En otro, el objetivo era alcanzar puntuaciones altas en un videojuego de esquí, con un juego que implicaba un reto (evitar banderas en un recorrido de eslalon) y otro más fácil que sólo implicaba un salto.

En todos los experimentos, la ira mejoró la capacidad de las personas para alcanzar sus objetivos en comparación con una condición neutra en una variedad de situaciones desafiantes. En algunos casos, se asoció a una mayor puntuación o a tiempos de respuesta más cortos. En un experimento, también aumentó el engaño para conseguir un mejor resultado.

Los investigadores también analizaron los datos de una serie de encuestas recogidas durante las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 y 2020. Antes de las elecciones, se pidió a los encuestados que evaluaran su grado de enfado si su candidato favorito no ganaba.

Después de las elecciones, informaron de si habían votado y a quién habían votado. Los encuestados que indicaron que se enfadarían si su candidato no ganaba eran más propensos a votar en las elecciones, pero el enfado no influyó en el candidato al que votaron.

"Estos resultados demuestran que la ira aumenta el esfuerzo por alcanzar un objetivo deseado, lo que a menudo se traduce en un mayor éxito", afirma Lench.

Según apunta, los efectos de la ira a la hora de impulsar a las personas a alcanzar y lograr con frecuencia sus objetivos eran específicos de situaciones en las que los objetivos eran más difíciles. La ira no parecía estar asociada a la consecución de objetivos cuando éstos eran más fáciles, como en el videojuego del salto de esquí.

Lench también observó que, aunque la ira se asociaba a un mayor éxito en todos los casos, en algunos casos, la diversión o el deseo también se asociaban a un mayor logro de objetivos. Los resultados sugieren que emociones que suelen considerarse negativas --como la ira, el aburrimiento o la tristeza-- pueden ser útiles, según Lench.

"Las personas suelen preferir utilizar las emociones positivas como herramientas más que las negativas y tienden a ver las emociones negativas como indeseables y desadaptativas --explica--. Nuestra investigación se suma a las crecientes pruebas de que una mezcla de emociones positivas y negativas favorece el bienestar, y de que utilizar las emociones negativas como herramientas puede ser especialmente eficaz en algunas situaciones".