MADRID, 29 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un estudio internacional dirigido por científicos de la Universidad de Glasgow (Reino Unido) ha descubierto un gen humano clave responsable de impedir que la mayoría de los virus de la gripe aviar se transmitan a las personas.
La gripe aviar se propaga principalmente entre aves silvestres como patos y gaviotas y también puede infectar a aves de granja y domésticas como pollos, pavos y codornices. Desde 2022 se ha producido un aumento de los casos de gripe aviar en todo el mundo, tanto en aves domésticas como silvestres.
Aunque la enfermedad afecta principalmente a las aves, se sabe que se ha extendido a otras especies, incluidos, en casos excepcionales, los seres humanos. Por ejemplo, se cree que el virus de la gripe española de 1918, que causó más de 25 millones de muertes en todo el mundo, se originó a partir de una cepa aviar.
Sin embargo, los expertos coinciden en que aún existen varias lagunas en nuestros conocimientos científicos que hacen difícil poder predecir qué variante del virus de la gripe aviar podría extenderse a la población humana y cuándo.
Comprender la composición genética de las cepas de gripe aviar que circulan en la actualidad puede ofrecer una de las mejores líneas de defensa contra la transmisión generalizada a los humanos.
Esta investigación, publicada en la revista científica 'Nature', ha identificado el gen humano BTN3A3, que se expresa habitualmente en nuestras vías respiratorias, como una defensa humana clave contra la gripe aviar.
Mediante una serie de pruebas exhaustivas, el equipo del estudio pudo demostrar que el gen BTN3A3 es vital para proteger a los humanos contra la gripe aviar, ya que la mayoría de las cepas del virus no pueden superar sus defensas.
Los investigadores compararon el comportamiento de cientos de genes que normalmente expresan las células humanas durante una infección vírica con virus estacionales humanos o con virus de la gripe aviar.
El estudio demostró que el gen BTN3A3 era capaz de bloquear la replicación de la gripe aviar en células humanas. En cambio, los virus de la gripe humana estacional, que infectan regularmente a la población humana, son resistentes al BTN3A3, lo que significa que no puede bloquearlos con éxito.
El equipo también estudió los virus de la gripe aviar que infectan ocasionalmente a los humanos, por ejemplo el H7N9, que desde 2013 ha infectado a más de 1.500 personas con una tasa de letalidad del 40 por ciento. Los investigadores pudieron demostrar que los virus de la gripe aviar como el H7N9 tienen una mutación genética que les permite 'escapar' a los efectos bloqueantes del gen BTN3A3.
Por último, al estudiar la evolución de las cepas de la gripe aviar, los científicos también pudieron demostrar que se había producido un aumento del número de cepas resistentes al BTN3A3 que circulaban en las aves de corral más o menos al mismo tiempo que los episodios de propagación en los seres humanos.
Al rastrear la historia de las pandemias de gripe en humanos, los investigadores también pudieron vincular la resistencia a BTN3A3 con tipos clave de virus de la gripe. Todas las pandemias de gripe humana, incluida la devastadora pandemia mundial de 1918-19 y la pandemia de gripe porcina de 2009, fueron causadas por virus de la gripe resistentes a la BTN3A3. Como resultado, este estudio sugiere que tener resistencia a este gen puede ser un factor clave para saber si una cepa de gripe tiene potencial pandémico humano.
"Sabemos que la mayoría de los virus emergentes con potencial pandémico humano proceden de animales. Por lo tanto, es fundamental comprender qué barreras genéticas pueden impedir que un virus animal se replique en células humanas, evitando así la infección. Por supuesto, los virus cambian constantemente y pueden superar algunas de estas barreras mutando con el tiempo. Por eso la vigilancia genética de los virus será crucial para ayudarnos a comprender mejor y controlar la propagación de virus con potencial zoonótico y pandémico", ha comentado el líder de la investigación, Massimo Palmarini.