MADRID, 1 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo trabajo liderado por el Laboratorio de Neurofarmacología-NeuroPhar de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) ha mostrado en ratones que el aumento de endocannabinoides en el cerebro puede producir inflamación en áreas cerebrales concretas como el cerebelo, lo que puede ir asociado a problemas de coordinación motora fina.
Los resultados, publicados en la revista 'Brain Behavior and Immunity', son contrarios a lo que se había observado hasta ahora en otras áreas del cerebro, donde los endocannabinoides tienen un papel antiinflamatorio.
El sistema endocannabinoide está involucrado en múltiples funciones cerebrales fisiológicas, incluyendo la coordinación motora. Este sistema está modulado por los cannabinoides, tanto los adquiridos de forma externa, como lo sería el tetrahidrocannabinol (THC) procedente de la planta 'Cannabis sativa', como los endógenos, producidos de forma natural por nuestro organismo y conocidos como endocannabinoides.
Uno de los efectos beneficiosos de los cannabinoides es su poder antiinflamatorio, que puede resultar útil para tratar enfermedades que desarrollen procesos inflamatorios en el cerebro. Hasta ahora, se ha visto que un aumento de los principales endocannabinoides (2-araquidonoilglicerol (2AG) y anandamida) tiene un papel antiinflamatorio en el cerebro en general, y también se han observado los mismos resultados al centrar los experimentos en áreas concretas como el hipocampo.
En este nuevo estudio, el equipo de investigadores liderado por Andrés Ozaita se ha preguntado qué ocurre en el cerebelo, un área del cerebro que tiene un papel muy importante en la coordinación de movimientos encadenados y sucesivos y en el aprendizaje motor. Sus resultados muestran que en el cerebelo ocurre lo contrario que en el resto del cerebro, ya que aumentar los endocannabinoides incrementa la inflamación y esto comporta problemas de coordinación motora en los roedores.
Para modular los niveles de endocannabinoides en los ratones, los científicos usan inhibidores de su degradación y así consiguen que estos se acumulen. Concretamente, inhibieron la enzima monoacilglicerol lipasa (MAGL), que se encarga de degradar el endocannabinoide 2AG.
"Nuestros experimentos muestran que la inhibición farmacológica o genética de MAGL resulta en déficits significativos en la coordinación motora y aumento de la inflamación. Hemos visto que esta inflamación en el cerebelo está causada por un aumento de la enzima COX2, que se induce durante procesos de inflamación y produce mediadores proinflamatorios", detalla la primera firmante del artículo, Sara Martínez-Torres, en declaraciones a la agencia SINC.
Las alteraciones moleculares no se observaron en el hipocampo, lo cual apunta a una sensibilidad particular del cerebelo. En palabras de Andrés Ozaita: "La respuesta diferencial entre el cerebelo y el hipocampo puede derivar del metabolismo alternativo de 2-AG acumulado en ambas áreas del cerebro".