Para su producción se utilizará tecnología de bajo coste, susceptible de ser aplicada en cadenas de producción
BILBAO, 10 Ene. (EUROPA PRESS) -
El Centro Vasco de Investigación CIC microGUNE desarrollará, para finales de este año, un prototipo de dispositivo que podrá utilizarse para analizar la salubridad de la comida de manera "rápida, barata y sencilla", dentro del proyecto PREDETEC.
El objetivo del mismo, financiado por el Gobierno vasco con 1,5 millones de euros, es integrar en un solo dispositivo toda la tecnología necesaria para analizar la muestra y detectar los posibles patógenos 'in situ'.
Según el investigador Sergio Arana, el objetivo de esta herramienta es conseguir una tecnología de bajo coste, realizada en materiales desechables, y susceptible de ser aplicada en cadenas de producción, por ejemplo, sin necesidad de transportar las muestras a un laboratorio.
Los desarrolladores del proyecto han destacado que "a pesar del mayor control" de la salubridad de los alimentos, los riesgos asociados a los patógenos "van en aumento", por lo que es de una "importancia vital" certificar que la comida que se produce no contiene elementos infecciosos.
EN BUSCA DE FINANCIACIÓN
El proyecto se encuentra en la fase de búsqueda de financiación para afrontar la fase de desarrollo del prototipo. Está previsto que esté terminado a finales de 2013, para poder así testarlo a lo largo de 2014. De acuerdo con la planificación que maneja el centro, la fase de industrialización se pondría en marcha a lo largo del año 2015.
Las herramientas que se están diseñando en el proyecto PREDETEC están basadas en nuevas estrategias de detección ultrasensibles que tienen su origen en tecnologías punteras de diagnóstico. Concretamente, las técnicas que se están explorando en CIC microGUNE se basan, por un lado, en la técnica de detección electroquímica integrada en un Lab-On-a-Chip (laboratorio en un chip).
Por otro lado, y de manera complementaria, se está avanzando en la utilización de la resonancia de plasmones localizados superficiales, una técnica óptica basada en el estudio de la transmisión de la luz a través de pequeños agujeros en la escala de unos pocos cientos de nanómetros. Este novedoso procedimiento es capaz de descubrir en la muestra cantidades muy pequeñas del elemento a detectar.
Según han explicado sus responsables, la combinación de las técnicas más avanzadas en biosensorización, junto con las estructuras microfluídicas para realizar la gestión de las muestras, dará como resultado un dispositivo capaz tanto de detectar el patógeno como de tiparlo. "Es decir, no solamente descubrirá que en la muestra analizada hay Campylobacter, sino que además especificará de qué tipo es la cepa (Campylobacter jejuni, por ejemplo)", ha concluido Arana.