MADRID, 1 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un equipo internacional en el que participan investigadores de la Universidad de Berna (Suiza), los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) y el Instituto Friedrich-Loeffler de Alemania ha desarrollado un método que permite evaluar con precisión la transmisibilidad de las nuevas mutaciones del coronavirus.
Antes de la aparición de nuevos variaciones del coronavirus, como la cepa británica 'B.1.1.7', la variante del SARS-CoV-2 denominada D614G ya había mutado a partir del patógeno original del SARS-CoV-2 que desencadenó la pandemia. La D614G se ha extendido rápidamente hasta convertirse en la variante más abundante en todo el mundo y esta mutación D614G permanece en todas las nuevas variantes emergentes.
Este trabajo, publicado en la revista 'Nature', ha podido demostrar ahora, tanto en el laboratorio como en modelos animales, por qué la variante D614G pudo imponerse al virus original del SARS-CoV-2. "Nuestro enfoque también nos permite caracterizar mejor y más rápidamente las mutaciones emergentes, como la 'B.1.1.7'", explica Volker Thiel, uno de los cuatro autores principales del estudio.
Los resultados son muy importantes para evaluar el riesgo de que estas nuevas variantes se propaguen, ya que muestran cómo una ventaja de aptitud de las variantes del virus puede conducir a una mayor transmisión.
Los investigadores demostraron por primera vez en cultivos de células humanas del tracto respiratorio superior, así como de la nariz, que la variante D614G se adhiere con más fuerza y también se replica más rápidamente que el virus original. La mayor replicación de la variante D614G también se confirmó 'in vivo', en un nuevo modelo de ratón descrito por primera vez en este estudio.
Para comparar las dos variantes, se aplicó una mezcla de partes iguales de la versión original del virus SARS-CoV-2 y de la variante D614G en la nariz de cada animal bajo una ligera anestesia. Al cabo de un día, los animales infectados experimentalmente fueron realojados con otro animal centinela sano de la misma especie, para evaluar la transmisión de las dos variantes en competencia directa entre sí. El experimento se repitió con seis parejas de animales en total. En prácticamente todos los animales centinela, la proporción de virus SARS-CoV-2 transmitidos estaba dominada masivamente por la variante D614G desde el principio.
Este enfoque puede utilizarse incluso para probar cualquier mutación individual o una combinación específica de mutaciones que estén presentes en una serie de variantes virales actualmente en circulación. Se sabe que el virus británico, por ejemplo, tiene no sólo una sino a menudo más de 14 mutaciones, ocho de las cuales se producen en la proteína de la espiga.
Así, con la ayuda de la técnica de clonación, se puede reproducir cualquier número de mutaciones de las variantes y utilizarlas para competir entre sí en los cultivos celulares establecidos y en los modelos animales. Los resultados muestran cómo las mutaciones individuales afectan a la aptitud y la transmisibilidad de las nuevas variantes. "Nuestra estrategia de ensayo nos permite examinar rápidamente por qué se han establecido otras variantes de virus de reciente aparición", concluye Thiel.