MADRID, 10 Abr. (EUROPA PRESS) -
El 54 por ciento de la población española no practica ningún tipo de deporte en su tiempo de ocio y sólo un 31 por ciento lo hace al menos dos veces a la semana, lo que contribuye a un empeoramiento general de la salud y un aumento de enfermedades crónicas que podrían evitarse.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebró el miércoles de esta semana el Día Mundial de la Actividad Física y el Deporte, para concienciar de los beneficios que la actividad física tiene para la salud y el bienestar. Pero ¿qué deporte es el más recomendable?
Para ello, el doctor Alex Puertas, traumatólogo del Hospital Vithas Montserrat de Lleida, establece una relación entre las enfermedades más frecuentes entre los españoles y los deportes que contribuyen a su alivio y recuperación.
EJERCICIO CARDIOVASCULAR PARA UN CORAZÓN EN FORMA
Para quienes sufren hipertensión arterial u otros problemas del sistema de circulación de la sangre es positiva la incorporación de una rutina de ejercicios cardiovasculares, lo que se traduce en ejercicios como montar en bicicleta, marcha o natación.
Siempre de forma regular, entre 3 y 4 veces a la semana, con sesiones de entre 30 y 60 minutos de duración bastará, evitando forzar el organismo e incrementando la intensidad del entrenamiento lentamente. "Es muy importante que antes se hayan realizado ejercicios de calentamiento para evitar lesiones y preparar el cuerpo para la actividad", ha declarado Puertas.
E incluso los que más aborrezcan la actividad física pueden cambiar pequeños hábitos para hacer que su vida sea más saludable, y con actos sencillos como subir los escalones a casa en lugar de coger el ascensor o ir en bicicleta al trabajo de forma periódica supone una mejora en los problemas cardiacos y, en general, en el estado de salud.
NADAR FRENTE AL DOLOR DE ESPALDA
Ya sea para dolores lumbares o cervicales, la natación es el deporte más adecuado, esquivando siempre aquellas actividades que supongan movimientos agresivos. La natación y los ejercicios en el agua sirven para desoxidar los músculos de la espalda y reducir el dolor. Al practicar actividad física en un medio con la densidad del agua, que hace que los cuerpos floten, la columna no tiene que soportar todo el peso, por lo que el impacto sobre la espalda es mucho menor.
El efecto masaje del agua sobre los músculos conduce a una mayor sensación de bienestar y analgésico. Siempre teniendo en cuenta que el entrenamiento ha de aumentar su intensidad de forma gradual y que se deben calentar los músculos en una fase previa.
A la natación se puede sumar el yoga, movimientos lentos y sincronizados que buscan el equilibrio y la concentración. Ciertas rutinas son muy eficaces para eliminar la tensión y la rigidez de los músculos de la espalda, aumentando con ello su flexibilidad y tonificación.
EL COLESTEROL CONTROLADO HACIENDO 'RUNNING'
Para controlar los niveles de colesterol y evitar consecuencias graves, como accidentes cardiovasculares, los mejores ejercicios son los aeróbicos, de fuerza y de flexibilidad. Caminar, correr o montar en bicicleta son las actividades más completas.
Según el doctor Puertas, "la recomendación es hacer al menos tres horas de ejercicio a la semana para aumentar el nivel de colesterol bueno en sangre y mantener un fondo físico aceptable que nos permita aumentar la intensidad del ejercicio en un futuro".
Con 120 minutos de 'running' a la semana se queman alrededor de 900 calorías lo que, acompañado de una dieta saludable y equilibrada, supondrá una reducción de los niveles de colesterol.
CUIDANDO LAS ARTICULACIONES PARA LA ARTROSIS
Los ejercicios respetuosos con las articulaciones son los que más favorecen un mejor estado de salud de las personas con artrosis. El ciclismo y la natación son los más recomendados, a no ser que se haya desgastes o lesiones que se vayan a ver afectadas. Por ejemplo, si la rodilla acusa un mayor desgaste, será preferible otra actividad antes que el ciclismo.
A estos dos deportes se suman también la bicicleta elíptica en los gimnasios y la marcha nórdica, que permiten ejercitar a la vez brazos y piernas y reducen el peso del cuerpo sobre las articulaciones.
Y SI LA ALERGIA ATACA, EL DEPORTE EN CASA O EN EL GIMNASIO
Las personas que sufren de alergias no tienen que ver su actividad física mermada, sólo han de adaptarse a los cambios ambientales. Los deportes al aire libre suponen una mayor afección del sistema respiratorio, sin embargo, los alérgicos pueden hacer ejercicio en gimnasios donde el aire acondicionado filtre las partículas o en su propia casa.
Pesas, gimnasia de mantenimiento o correr en las cintas son actividades muy recomendables. No lo es tanto la natación, aunque sea en piscina cubierta, dado que el cloro del agua puede afectar a la irritación ya causada por las alergias, con mayor incidencia en tiempos primaverales.
Al practicar cualquiera de estos ejercicios es importante vigilar la respiración y las pulsaciones. En el caso de producirse dificultades en la respiración o aumento desmesurado del ritmo cardiaco será necesario parar y tomar las precauciones adecuadas.