MADRID 3 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un estudio multicéntrico e internacional, dirigido por la Clínica Universidad de Navarra, ha demostrado la eficacia de una nueva combinación terapéutica, basada en el uso de pomalidomida y dosis más bajas de dexametasona, frente al mieloma múltiple resistente a la terapia convencional.
Este trabajo, que ha sido publicado en la edición digital de la revista 'The Lancet Oncology', ha contado con la participación de investigadores de 22 centros hospitalarios situados en 12 países. Todos ellos han sido coordinados por el director médico de la Clínica Universidad de Navarra y de su Unidad del Mieloma, el doctor Jesús San Miguel.
En concreto, y tras realizar este ensayo clínico aleatorizado en Fase III sobre 455 pacientes que padecían la enfermedad y se habían vuelto refractarios a los fármacos, los expertos exponen que la administración de pomalidomida y dosis más bajas de dexametasona "resulta altamente beneficiosa respecto al tratamiento convencional".
La base para probar esta combinación surge de la constancia de que ésta ya había mostrado una clara eficacia en pacientes refractarios ya expuestos a tratamiento con bortezomib y lenalidomida. Por ello, se seleccionaron a los pacientes, los cuales fueron divididos en dos grupos.
Mientras que al primero se le administró esta fórmula, al segundo sólo se le ofreció dosis altas de dexametasona. Con ello, los especialistas buscaban estudiar el objetivo primario de supervivencia libre de progresión de la enfermedad y el secundario de supervivencia global.
Así, y tras un seguimiento de cuatro meses, se observó un beneficio "significativo" en cuanto a la supervivencia libre de progresión en los pacientes que habían recibido pomalidomida. Ante ello, un comité independiente de supervisión "recomendó que todos los pacientes tuvieran acceso a la pomalidomida", expone San Miguel.
Más tarde, transcurridos diez meses desde el inicio del estudio, este dato se volvió a dar, por lo que "se demostró beneficio en todas las subpoblaciones a las que se había administrado este tratamiento", explica.
En cuanto al objetivo secundario de la investigación se señala que la supervivencia global "también fue significativamente mayor", al ser de 12,7 meses en el primer grupo frente a los 8,1 del segundo, indica San Miguel, que concluye afirmando que el tratamiento "fue muy bien tolerado" por los pacientes.