MADRID, 9 May. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio de la Universidad de Illinois (Estados Unidos) y publicado en 'The Journal of Nutrition' ha demostrado que una dieta equilibrada influye en el mantenimiento de una microbiota gastrointestinal sana.
Si bien ya se sabía que una alimentación sana influye en el peso corporal, los niveles de colesterol y la salud del corazón, estos investigadores concluyen ahora que seguir las Guías Alimentarias para los Estadounidenses (DGA) favorece una composición de la microbiota intestinal que puede contribuir a la salud en general.
En la actualidad no existe una definición de microbioma "sano". "Entender cómo la dieta puede influir en la estructura de la microbiota intestinal es importante para que podamos hacer recomendaciones sobre enfoques dietéticos", ha apuntado el autor principal del trabajo, Alexis Baldeon,
La microbiota está formada por miles de millones de microorganismos que viven en el tracto gastrointestinal. Contribuyen a muchos procesos fisiológicos, y una microbiota intestinal diversa puede favorecer la resistencia a alteraciones que podrían contribuir a la aparición de enfermedades.
Los investigadores analizaron los datos del 'American Gut Project', una gran base de datos colectiva que incluye muestras fecales de miles de individuos de todo Estados Unidos. Su estudio se centró en los datos de un subconjunto de 432 individuos sanos divididos en tres grupos según el grado de seguimiento del Índice de Alimentación Saludable (IES), basado en las DGA.
Según Baldeon, el grupo con la puntuación total más alta en el IES, que indica el mayor cumplimiento de la DGA, tenía la mayor diversidad de microbiota intestinal, así como una mayor presencia de bacterias que contribuyen a funciones beneficiosas como la fermentación de la fibra.
"La microbiota intestinal descompone muy bien la fibra, lo cual es importante porque los humanos no podemos digerirla", señala el investigador. Según el estudio, los participantes en el estudio con una dieta de mayor calidad tenían una mayor abundancia de bacterias implicadas en el metabolismo de la fibra.
Históricamente, las directrices dietéticas y las recomendaciones sobre nutrientes no han tenido en cuenta la microbiota. Pero eso podría cambiar en el futuro, según la profesora coautora del estudio, Hannah Holscher. "Este trabajo proporciona pistas sobre microbios específicos que pueden ser relevantes para controlar la salud de la microbiota y la salud en general", ha afirmado.
Actualmente, someterse a un análisis de la composición del microbioma no forma parte de un examen físico estándar. "Aunque hoy en día nos hiciéramos un análisis del microbioma, el médico o el dietista no podrían darnos recomendaciones sólidas basadas en los resultados. Pero a medida que comprendamos mejor la interacción entre la dieta, la microbiota y la salud, algunos microbios intestinales podrían convertirse en el objetivo de nuestras recomendaciones dietéticas", ha explicado Holscher.
Al igual que actualmente se hacen recomendaciones para reducir el sodio para bajar la tensión arterial o reducir las grasas saturadas para bajar el colesterol LDL, el objetivo de estos investigadores es hacer recomendaciones dietéticas para nutrir los microbios intestinales beneficiosos.
Según los investigadores, la política sanitaria también está empezando a reconocer la importancia del microbioma intestinal. De hecho, el informe científico de la última DGA reconoce que las pruebas de los estudios sobre la dieta y la microbiota deben tenerse en cuenta en las futuras recomendaciones dietéticas.
Holscher y Baldeon señalan que su estudio respalda las recomendaciones actuales de la DGA sobre una dieta rica en frutas, verduras y fibra. Seguir estas directrices sigue siendo la mejor estrategia para la salud en general, incluida la nutrición de los microbios intestinales.