MADRID, 8 Ene. (EDIZIONES) -
La felicidad es un concepto que se vende muy bien pero no es una cosa que podamos obtener si realizamos una serie de cosas. Hay que trabajarla y no es un estado constante. Además, hay que tener en cuenta que a los niños lo que les hace feliz con tres años no es lo mismo que lo que les hace feliz con 6.
"Es muy importante la actitud que se tenga frente a la vida. El que sepan gestionar sus emociones, el tolerar bien la frustración, la ira, o el enfado", cuenta en una entrevista con Infosalus la psicóloga Rocío Ramos Paul, más conocida por un programa de televisión como 'Super Nanny'.
Así, según alerta, es importante que los menores sean felices durante su desarrollo, si bien llama la atención sobre el hecho de que la felicidad no debe ser un estado permanente, algo a lo que aspiremos siempre, sino que los niños también deben ser capaces de frustrarse, de ser pacientes, de esforzarse, de estar tristes, por ejemplo, para poder después ser felices.
"El que no ha estado triste no sabe estar alegre. ¿Qué significa que mi hijo sea feliz?¿Que no sufra? Es lo que todos pensamos pero precisamente las mal llamadas 'emociones negativas' es lo que el niño necesita para ser feliz, todo aquello que nosotros luchamos por evitarle, por que no sufran, pero que en el fondo le ayudan a trabajar su autoestima, a ser reconocido por sus logros de forma que el se sienta satisfecho por lo que hace", agrega la psicóloga.
Aquí destaca que los padres representamos un gran ejemplo para nuestros hijos, el cómo gestionemos nuestras emociones y actuemos ante las distintas situaciones. "Somos muy responsables del comportamiento de los niños. Si yo vivo con miedo la situación, se lo transmito al niño. Somos modelo de todo, si no salgo a la calle porque me da miedo por contagiarme de coronavirus, tengo que entender que mi hijo va a tener miedo", agrega.
A su vez, Rocío Ramos enumera las principales cosas que a su juicio los padres no debemos hacer para que nuestros hijos sean felices. En concreto, a nivel general, dice que los padres no debemos intentar ser perfectos frente a nuestros hijos, y culpabilizarnos. "Esto genera mucha ansiedad y por tanto, al niño también. Pensar que somos imperfectos, que nos vamos a equivocar es bueno para los hijos, pero también el resolverlo. El que conozcan que existe el perdón, el hacer cambios. Éste sí es un modelo emocional perfecto para los niños y de lo que pecan los padres, y que sin duda les ayudará a ser más felices", considera.
Por otro lado, advierte de que es importante para los niños el contar con normas y con límites, a la hora de trabajar su autoestima y autonomía: "No deberíamos centrarnos solo en los comportamientos negativos, ni tampoco solo en castigar. A nivel de autoestima es muy importante el reconocerles los logros, y el mostrarles cuáles son nuestras emociones. Si hemos perdido a alguien no esconderlo e intentar explicárselo".
'Super Nanny' también ve fundamental el no ser muy rígidos con los niños, pero tampoco muy laxos con las normas. Hay que establecer límites. "Es súper importante para que tengan seguridad en su día a día. El tener rutinas. Así saben que viene antes y después y esto también cobra un papel importante en cuanto a su felicidad. Necesitan normas y límites, y el reconocimiento de los logros, el saberse queridos", remarca.
También dice que estas normas, ni muy laxas ni muy rígidas, así como las rutinas, son importantes para que puedan desarrollar su autonomía personal, los aprendizajes del día a día, qué está dentro de las rutinas, el reconocimiento de los logros, y animarlos a los nuevos aprendizajes.
A su vez, Rocío Ramos reseña que muchos padres saltan a la mínima de cambio con sus hijos, algo que repercute en su desarrollo, y en definitiva también en su felicidad, y gritamos más de la cuenta, especialmente en estos días de pandemia: "Si yo sé que soy imperfecta, y esta situación es complicada para mí, estoy muy nerviosa, tengo que ser un poco más paciente con mis hijos".
La psicóloga cree también vital a la hora de trabajar la felicidad de los menores el hablar con ellos, preguntarles por su día, que el tiempo que se pase con ellos, aunque sea poco por el devenir del día a día, que el tiempo sea de calidad: "Es muy importante trabajar la comunicación, la dinámica familiar positiva, la responsabilidad, la atención a los hijos. Se les educa en el día a día".