VALNCIA 20 Ene. (EUROPA PRESS) -
El Incliva ha iniciado un estudio sobre el desarrollo de fibrosis pulmonar en pacientes con neumonía moderada o severa por covid tras haber recibido el alta hospitalaria. Este estudio da continuidad a uno anterior sobre alteraciones en la función pulmonar, que reveló que un 22% de los pacientes más graves pueden presentar cambios fibróticos pulmonares, según han señalado fuentes de este Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Clínico de Valncia.
Así, evaluará los posibles cambios en la longitud de los telómeros --alteración genética de más relevancia en la predisposición y evolución de la enfermedad-- y la función mitocondrial en leucocitos.
El proyecto, denominado 'Efecto de la infección por COVID-19 sobre la longitud del telómero y parámetros de función mitocondrial y su relación con la evolución a fibrosis pulmonar de tipo idiopático', tiene como investigador principal al doctor Federico Pallardó, coordinador del Grupo de Investigación en Fisiopatología celular y orgánica del estrés oxidativo de Incliva, jefe de Grupo de Ciberer y catedrático de Fisiología de la Universitat de Valncia, ha obtenido una financiación de 62.280 euros de la Generalitat.
La investigación, que se desarrollará hasta finales de diciembre de 2022, complementa y da continuidad al estudio 'Cambios en los test de función pulmonar en pacientes con neumonía por SARS-CoV-2', dirigido por el doctor Jaime Signes-Costa, coordinador del Grupo de Investigación en Enfermedades Respiratorias de Incliva y jefe de Servicio de Neumología del Hospital Clínico-, y financiado por el Instituto de Salud Carlos III.
El objetivo de este trabajo era conocer, de forma precoz, el porcentaje de pacientes que pueden presentar alteraciones funcionales respiratorias a corto y medio plazo tras una neumonía covid, así como la severidad de dichos cambios.
La mayoría de las infecciones virales respiratorias no suelen dejar secuelas pulmonares en forma de cambios fibróticos en el tejido pulmonar. Sin embargo, tras la epidemia del síndrome agudo respiratorio severo (SARS) en 2003, causado por la infección por el coronavirus SARS-CoV-2, se observó que algunos de los pacientes que sobrevivieron desarrollaron diferentes grados de fibrosis pulmonar residual.
Así los resultados a los seis meses del alta del estudio de Signes-Costa, que se inició en mayo 2020 y finalizó en junio de 2021, mostraron que casi la mitad de los pacientes con neumonía moderada o severa causada por covid presentaba alteración de la difusión pulmonar seis meses después del alta hospitalaria y que un 22% de los pacientes más graves pueden presentar cambios fibróticos pulmonares en la tomografía computarizada y un aumento de los biomarcadores séricos relacionados con la fibrosis pulmonar.
La alteración en la difusión pulmonar implica que el oxígeno que hay en el interior de los alveolos pasa con mayor dificultad al interior de los vasos sanguíneos, para ser transportado a cualquier parte del organismo, lo que da lugar a que muchos pacientes noten disnea (sensación de falta de aire), sobre todo a la hora de hacer algún esfuerzo o ejercicio físico moderado.
Los cambios fibróticos pulmonares iniciales son alteraciones muy sutiles, unas pequeñas cicatrices, visibles en la TAC torácica de alta resolución, con escasa repercusión clínica inicial, aunque no se tiene la seguridad de si esos cambios progresarán o no.
Sobre esta base, el presente estudio dirigido por el doctor Pallardó parte de la hipótesis de que la neumonía por SARS-CoV-2 puede causar fibrosis pulmonar idiopática (FPI), ya observada en otras patologías víricas de similares características.
La FPI es un tipo de neumonía crónica, de etiología desconocida, aunque es probable que sea consecuencia de la acción de diversos factores en personas con predisposición genética, que afecta generalmente a adultos mayores de 50 años, con una incidencia de 4,6-7,4 casos/100.000, por lo que se considera como una enfermedad rara.
En todos los casos, tanto en las formas familiares como en las esporádicas, la expectativa de vida media no supera los 3-5 años desde el diagnóstico. En España, el número de pacientes con FPI se sitúa entre 8.000 y 12.000. Las alteraciones genéticas con más relevancia son las mutaciones de los genes que mantienen la longitud de los telómeros, secuencias repetitivas de ADN no codificante del cromosoma que protegen de cualquier daño y se acortan cada vez que una célula se divide.
Hallazgos anteriores demuestran que el acortamiento telomérico es un excelente marcador de FPI y que este parámetro es capaz de discriminar entre pacientes afectos de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y pacientes con fibrosis pulmonar.
ESTUDIO SOBRE LOS MISMOS PACIENTES
Con todo estos hallazgos, el actual estudio evaluará los posibles cambios en la longitud de los telómeros y la función mitocondrial en leucocitos procedentes de sangre periférica en los mismos pacientes del estudio del doctor Signes-Costa mediante determinaciones tras el alta hospitalaria y tras 26 semanas de evolución posterior en el domicilio.
En el estudio participarán los servicios de Neumología que han atendido a pacientes con neumonía por SARS-CoV-2 en distintos hospitales españoles. En la Comunitat Valenciana, serán el Hospital Clínico y el General; en Murcia, el Virgen de la Arrixaca y Hospital de los Arcos del Mar Menor; y en Sevilla, el Virgen del Rocío. También se utilizarán muestras sanguíneas de los pacientes analizadas en el biobanco de INCLIVA.
En el estudio participará para la determinación de las proteínas mitocondriales la plataforma PROTEOmAb dirigida por el profesor José Cuezva del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa-UAM