MADRID, 25 Feb. (EDIZIONES) -
El 25 de febrero se celebra el día internacional del implante coclear. Con esta fecha se conmemora la primera operación que se realizó de lo que luego sería la intervención de implante coclear. Según la Federación AICE (Asociaciones de Implantados Cocleares de España), en España unas 200.000 personas sufren pérdida auditiva profunda y sólo 23.000 de ellas portan un implante coclear.
Para conocer un poco mejor a estos dispositivos entrevistamos en este artículo de Infosalus a la doctora Teresa Rivera, jefa de Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario Príncipe de Asturias, y profesora asociada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Alcalá, así como experta en la materia.
“Es un dispositivo que permite otra vez oír al paciente que tiene muy mermada su capacidad auditiva. Tiene dos partes: una interna, que colocamos por intervención quirúrgica; y una externa, que complementa y transmite el sonido a esta parte interna. El implante coclear, de alguna manera, sustituye al oído interno del paciente que no funciona”, explica esta especialista.
Se diferencia de un audífono, según prosigue, porque éste último es un dispositivo externo, que no precisa de intervención quirúrgica. “El audífono amplifica el sonido. Necesitamos que, al menos, el paciente tenga audición residual para usarlo, y que se pueda amplificar para poder oír. En cambio, en las personas que no tienen audición residual útil que pueda amplificarse con audífono deben hacer uso de un implante coclear”, añade.
CÓMO FUNCIONA UN IMPLANTE COCLEAR
Así, la jefa de Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario Príncipe de Asturias nos cuenta que la parte externa del implante coclear tiene un micrófono que capta el sonido ambiente, y un procesador, que trata ese sonido captado por el micrófono y lo convierte en una señal eléctrica que se transmite a la parte interna. “De ahí, se transmite el sonido al cerebro y a partir de ese momento el paciente escucha y entiende”, remarca.
La doctora Rivera indica que los implantes cocleares se pueden colocar a cualquier edad, y desde los primeros meses de vida, por ejemplo, de un menor con sordera congénita o de nacimiento; aunque indica que también se colocan en mayores de 80 años, con sordera profunda o severa, entre otras razones porque “no oír aísla socialmente y así pueden oír”.
Eso sí, esta otorrinolaringóloga precisa que los implantes cocleares necesitan de una rehabilitación, de manera que el rendimiento del implante dependerá de ello y del grado de función cognitiva que el paciente tenga.
“No le saca mismo rendimiento una persona de 80 que un niño de 2, pero cierto es que las necesidades de la persona de 80 son diferentes de las de un menor de dos que lo necesita para aprender su lenguaje. Las expectativas en ambos son diferentes pero adaptadas a las necesidades que determina su edad”, subraya esta experta del Hospital Universitario Príncipe de Asturias.
CUÁNTO DURA UN IMPLANTE COCLEAR
En principio la parte interna de un implante coclear dura de por vida, y dice que lo que hay que cambiar es la parte externa porque puede deteriorarse al cabo de unos años, aunque sin ser necesaria ninguna cirugía para esa renovación. “A no ser que haya un fallo técnico, que no es lo habitual, la parte interna dura siempre”, apunta la doctora Rivera.
Sobre los riesgos cuando se hace una intervención quirúrgica, esta doctora indica que pueden ser cualquiera de los que pueden surgir en otro tipo de cirugía porque se hace anestesia general, puede haber una infección. Ya específicas del implante coclear dice que pueden ser menos de un 3%, o incluso menos, “es rarísimo que pueda haber algún defecto técnico del implante” que luego sea necesario cambiar, o bien meningitis. “Los riesgos son mínimos con los implantes cocleares”, insiste esta experta.
LA REHABILITACIÓN ES IMPRESCINDIBLE
Ahora bien, a diferencia de un audífono, el implante coclear señala que requiere rehabilitación, un entramiento para poder adaptarse al implante y poder oír bien con el implante, ya que no oímos de la misma manera con un audífono que con un implante.
“Cuanto mejor es la capacidad cognitiva del paciente la adaptación será mayor. Por eso decíamos que no es lo mismo un niño que una persona mayor. Incluso se ponen en personas mayores con deterioro cognitivo leve, con quienes hay que trabajar más para sacarle un mayor rendimiento al implante. Está demostrado que en pacientes con algún grado de demencia el implante coclear detiene o hace que ese empeoramiento del estado cognitivo sea menor por ese estímulo auditivo que ayuda a que haya una evolución mejor”, agrega, al tiempo que destaca el trabajo de entrenamiento del logopeda de habituación al implante. Es preciso aquí, según añade, la implicación familiar en ese entrenamiento, que será mejor en el caso de los niños si también cuenta con el apoyo del colegio.
OÍR CON UN IMPLANTE COCLEAR
Con ello, la doctora Rivera indica que, cuando se desarrolla la parte quirúrgica se coloca la parte interna del dispositivo. Al mes, según prosigue, y una vez esté todo adaptado y cicatrizado, se adapta al paciente la parte externa. “Aquí se inicia ‘la activación del implante’ donde la persona empieza a oír”, resalta.
Pero en esta primera fase sí advierte de que la programación del implante se hace de forma secuencial, es decir, que al principio los pacientes oyen sonidos, pero no entienden muy bien. Así, dice que, de forma progresiva, y durante unos meses, tienen un periodo de adaptación y de entrenamiento: “De esta manera, en una primera fase, se activa el procesador de manera parcial; y poco a poco se irá ampliando para usarlo de manera completa”.
Todo depende de la capacidad del paciente, tal y como aclara la especialista del Hospital Príncipe de Asturias, de manera que “la gente joven y los niños van muy rápido” porque su cerebro tiene una plasticidad y se adaptan rápidamente; sin embargo, los mayores necesitan más tiempo y hay personas en las que puede durar hasta un año el proceso de rehabilitación.
“Empiezan a oír desde el principio, pero su capacidad de poder entender es más lenta, las conversaciones y las palabras. Dependiendo de su desarrollo cerebral vas más rápido o más lento en el proceso. Como máximo suele ser un año, y 3-4 meses, como mínimo, el poder manejarse bien con el implante porque a oír empiezan pronto, desde que se activa el procesador. Ahora bien, su cerebro tiene que trabajar para poder interpretar los sonidos y después, entender las palabras; y aquí entra en juego el logopeda, que hace una labor de ese entrenamiento para que el lenguaje y las palabras se puedan entender mejor”, subraya la doctora Rivera.
Cuando una persona tiene una mala audición hay cierto rechazo, sobre todo en mayores, a llevar dispositivos porque se considera una minusvalía, según concluye esta experta en Otorrinolaringología; si bien considera que no hay que olvidar que estos dispositivos, junto con los audífonos, nos permiten tener una mejor calidad de vida. “La audición es muy importante para el desarrollo personal y social, y deben mirarse como una alternativa buena para poder tener una mejor calidad de vida y no pensar que es algo que nos señala o es un estigma, sino considerarse como una alternativa igual que se emplean gafas, por ejemplo”, concluye Teresa Rivera.
