Cuando pronunciar la 'R' es un problema y cómo el logopeda puede ayudarnos

Session with alphabet learning
Session with alphabet learning - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / DRAGANA991 - Archivo
Publicado: miércoles, 18 marzo 2020 8:29

    MADRID, 18 Mar. (EDIZIONES) -

   Hasta determinada edad pronunciar la 'R' es bastante difícil. Es uno de los 'hitos' del aprendizaje del lenguaje en los niños, y muchos no lo consiguen, llegando a convertirse en un problema. En concreto, la dificultad para pronunciar el sonido 'erre' se conoce como 'rotacismo' y representa un trastorno del habla cuando la persona tiende a sustituirlo por otro sonido como puede ser la 'd', 'l', 'g', por ejemplo, o directamente lo omite.

   "La 'R' es una de las letras más difíciles de adquirir y, por ello, es una de las últimas en aprender a pronunciar. En este sentido, el no pronunciarla correctamente no se considera algo preocupante hasta que el niño no tiene los 5-6 años. Cuando ocurre, se debe corregir lo antes posible, ya que cuanto más tarde se empiece la rehabilitación, más tiempo se necesitará para la misma", subraya el Instituto Superior de Estudios Psicológicos en este sentido.

   Mientras, en una entrevista con Infosalus, Laura Castro Romero, vocal del Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid, resalta que si detectamos que uno de nuestros pequeños presenta este problema recomienda "sin ninguna duda", acudir al logopeda.

   En primer lugar, dice que el logopeda realizará una exploración de los órganos bucofonadores del niño para comprobar que a nivel físico no hay nada que impida la correcta adquisición del fonema, como podría ser un frenillo corto por ejemplo, y posteriormente evaluará el habla del niño para ver qué tipo de sonido está afectado.

   Si se presenta rotacismo es posible que el niño no pronuncie la 'r' fuerte (en inicio de palabra ratón o intermedia perro), así como la 'r' simple (pera), la inversa (árbol), o quizá precisa que sean los sinfones los que estén afectados ('pr', 'tr', 'dr', 'fr', 'cr', 'gr') con palabras como primo, tropa, dromedario, fresa, cromo, grano, por ejemplo).

   "Es común que los padres acudan al logopeda preocupados porque sus hijos no pronuncian la 'rr', y tras la evaluación fonológica el logopeda detecte que existe una incorrecta pronunciación de otros sonidos que habían pasado desapercibidos al oído de los padres y que también deben ser tratados", remarca Castro Romero.

   Sobre el peligro de no ponerle remedio pronto, la vocal del Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid sostiene que a la hora de adquirir la lectoescritura es posible que se vea reflejado su problema de pronunciación, de esta forma el niño tendrá problemas para asociar el fonema 'r' con su grafema correspondiente.

   "Es decir, asociar el sonido 'r' con la letra 'r'. Por ejemplo, si el niño sustituye el sonido 'r' por el sonido 'l' a la hora de escribir es posible que en lugar de escribir la palabra 'perro' escriba 'pelo', ya que para él suena de esa forma y ha aprendido que el sonido 'l' se representa con la letra 'l'", matiza la experta.

EL PROBLEMA DE LAS INSEGURIDADES Y SU AUTOESTIMA

   Tanto las dificultades de pronunciación, como las posibles dificultades de escritura asociadas a este trastorno, según continúa la logopeda, pueden producir inseguridades en el niño a nivel académico y social, ya que pueden convertirse en objeto de burlas de otros compañeros, o bien que el niño sienta que es incapaz de conseguir lo que otros niños hacen con facilidad.

   En este contexto, la experta del Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid indica que existen dos tipos diferentes de causas: "A nivel físico podemos encontrar un frenillo corto o un paladar ojival (estrecho y elevado) que impide que la lengua apoye sobre el paladar para la correcta pronunciación del fonema. También puede haber falta de tono muscular en los órganos bucofonatorios (lengua, labios, maseteros, entre otros)".

   A nivel funcional, la logopeda remarca que es posible que falte fuerza, control, o bien direccionalidad del soplo o, tal vez, una inmadurez a la hora de adquirir el fonema. "El logopeda identificará el origen del trastorno y enseñará al niño a pronunciar y discriminar correctamente el sonido", destaca la especialista.

   Así con todo, y dependiendo del niño y de la afectación del fonema, Castro Romero señala que el especialista recomendará un tratamiento de una o dos sesiones a la semana. "En ellas se enseñará al niño la correcta colocación de la lengua, se entrenará el soplo, se realizarán juegos de sonidos, palabras, frases, y finalmente se entrenará el discurso espontáneo", agrega, al mismo tiempo que celebra que la gran mayoría de los pacientes suele lograr una correcta pronunciación de la 'R'.

   En este contexto, la vocal del Colegio de Logopedas de Madrid indica que "con frecuencia" los padres preguntan por la duración del tratamiento, para lo que siempre mantiene la misma respuesta, según afirma, y es que "cada niño es un mundo".

   "Hay niños que en un par de meses lo han conseguido y otros que tardan un año o más en hacerlo (aunque es cierto que no hay muchos casos que duren tanto). El niño necesita paciencia y compresión. Es importante que no lo vea como una carrera. No hay que contagiar nuestras ganas de que pronuncie bien ya. Hay que motivarle, conseguir que se relaje, que acuda contento al logopeda, que conecte con el Logopeda y sienta que va a trabajar pero dese el juego. Aprender jugando es la mejor manera de aprender", destaca.

   Según apunta, es posible que el logopeda recomiende a los padres algunos ejercicios simples para hacer en casa, generalmente de corta duración, y para los que no es necesario invertir mucho tiempo.

   "Muchos se podrán realizar aprovechando los trayectos en coche o los paseos. Es importante seguir los consejos del logopeda para no alargar el tratamiento ya que muchas veces resulta más costoso conseguir una adecuada interiorización y generalización del sonido que conseguir la correcta pronunciación de forma aislada. Por último, indicar la importancia de no terminar el tratamiento hasta que el logopeda no nos lo indique. No hay que olvidar que se trata de un tratamiento y como tal, no es recomendable dejarlo a medias", sentencia.