MADRID, 16 Jun. (EDIZIONES) -
La voz nos cambia tanto a las chicas como a los chicos. En las féminas es todo progresivo, de forma que apenas notamos el cambio. El descenso de la frecuencia de la voz femenina es muy ligero y va cambiando desde que la menor tiene 3 años y se va haciendo poco a poco más grave.
"Por eso, en la pubertad no se nota un cambio brusco. Es todo más paulatino, más progresivo, aunque se completa en la edad adulta", explica en una entrevista con Infosalus la presidenta de la Sociedad Médica Española de Foniatría (SOMEF), la doctora María Bielsa Corrochano.
En cambio, en los varones, el cambio de voz es brusco. "En torno a los 13-14 años a los niños les cambia la voz; un cambio que se completa en meses o incluso en par de años. En este cambio, desciende la frecuencia fundamental y se instala en una más grave, una octava inferior a la de niños", detalla la también profesora de la asignatura de Patología de la Voz de la Universidad de Castilla-La Mancha.
Eso sí, remarca que en la mayor parte de los adolescentes este cambio es "muy rápido", si bien otros mantienen una voz inestable durante mucho tiempo. "Vienen en algunos casos a la consulta por inestabilidad en la frecuencia de su voz, coincidiendo con la muda de voz, pero otros por motivos psicológicos, o por inadaptación funcional a la nueva voz, ya que mantienen el tono infantil que tenían con 8-9 años, aunque se trata de adolescentes en los que su laringe ha cambiado, tienen cuerdas vocales gruesas y una estructura esquelética propia de la adolescencia, pero su voz está instalada en una frecuencia muy aguda", añade.
La también directora del Centro de Foniatría y Logopedia Dra Bielsa (Talavera de la Reina) sitúa en este contexto a los casos de puberfonía: "Es el cambio de voz que se produce en la pubertad, y que puede coincidir con un cambio brusco de tono que produce gallos e inestabilidad en la frecuencia de la voz, o una voz de falsete (voz de pito). La puberfonía consiste en mantener la voz infantil una vez que la laringe se haya desarrollado. Significa una persistencia de voz infantil transcurrida la adolescencia".
La foniatra remarca en este sentido que algunos niños no son conscientes de ello, y acuden a las consultas por indicación de sus padres o profesores, pero en cambio a otros esta situación sí les provoca un complejo o sensación de ridículo e intentan enmascarar su voz. "Esto a veces es peor porque cuando se inhibe o bloquea la producción de voz cada vez tiene lugar una mayor disfonía. Son casos que vienen a la consulta, incluso adultos que no han mudado la voz", reconoce la médico especialista en Foniatría.
Aquí hay que hacer primero un diagnóstico, según indica. Para ello, se verifica que estos problemas en la muda de la voz no se corresponden con un trastorno endocrino, "aunque no suele ser lo habitual". En caso de que se trate de un problema funcional, la doctora Bielsa subraya que el mejor tratamiento es la rehabilitación, con la que se trabaja para adecuar el tono, el timbre y las características perceptuales de la voz a la nueva situación laríngea del varón.
Curiosamente, destaca que muchas veces los niños ya conocen la frecuencia de voz más grave porque les sale en algunas ocasiones. "A veces encontramos niños que son capaces de producir voz grave pero cuando están solos en momentos determinados y saben que pueden hacerlo, pero cuando están usando la voz de forma espontánea siguen en la frecuencia aguda", apunta.
QUÉ PUEDE FAVORECER LA PUBERFONÍA
Entre los "muchos factores" que pueden desencadenar la puberfonía, la doctora Bielsa apunta principalmente a los de índole psicológica, "niños inmaduros conductualmente, con cierta dependencia de los padres, o con sobreprotección por parte de los mismos, y que no asumen, o bien la familia no lo favorece, ese cambio porque siguen tratándole como a un niño, lo que hace que se instale en ese tono de voz infantil".
Ahora bien, la presidenta de la SOMEF llama la atención sobre el hecho de que también a muchos menores les cuesta cambiar su voz por "vergüenza", ya que su entorno empieza a reírse con el nuevo tono de voz, de forma que el chico bloquea esa transformación y deja la voz infantil instalada.
"Esos son los factores más importantes, pero el estrés también les puede generar esa disfonía. Las puberfonías son origen muchas veces de problemas de autoestima y de falta de conformidad con su voz. Nos encontramos con chicos de 20 o 30 con esa voz de falsete, en algunos casos con sufrimiento psicológico porque les confunden al teléfono con su hijo o con una mujer. Cuando es un profesor lo pasan fatal porque tienen la sensación de que no están transmitiendo la autoridad que deberían transmitir", agrega.
Normalmente en las puberfonías no se hace cirugía, pero sí rehabilitación vocal si no hay resistencia psicológica por parte del paciente, según precisa la experta. "En los trastornos de la muda vocal, en principio no hay necesidad de intervención quirúrgica. Se trata de una laringe preparada para emitir la frecuencia de un adulto. Con ella hay que trabajar con el paciente su intensidad, tono, timbre y adecuarlos a las circunstancias actuales", detalla.
Además, precisa que en estos casos no se contempla masculinizar la voz, excepcionalmente sí se le puede dar más volumen con una técnica de inyección de sustancias, pero según apunta la doctora Bielsa, en determinados casos más relacionados con el cambio de sexo o con las personas transgénero. "En las puberfonías no se suelen aplicar las inyecciones ni la cirugía, porque va muy bien la rehabilitación siempre que haya colaboración por parte del paciente. Si hay un trasfondo hormonal en la disfonía, el tratamiento hormonal ayudará", reitera la especialista.
En última instancia, la foniatra recomienda a los adolescentes a los que les esté mudando su voz que la cuiden porque en esta época, según incide, "su voz es más vulnerable", de forma que pueden tener lugar más disfonías. "En los varones el cambio de la voz coincide con la explosión de relaciones sociales, generalmente es una época en la que salen más por ambientes ruidosos y a veces coincide con el uso de bebidas frías, con los cambios de temperatura, y esa disfonía normal, la puberfonía o disfonía propia de la muda, se prolonga más de lo debido, esto favorece que sea más persistente", sentencia la doctora Bielsa.