MADRID, 15 Nov. (EUROPA PRESS) -
La pérdida de fuerza repentina o de evolución de una o varias partes del cuerpo, sensación de hormigueo en las zonas afectadas, dolor en las partes del cuerpo implicadas e inestabilidad son los síntomas más habituales de las enfermedades neuromusculares, según ha puesto de relevancia el Instituto de Neurociencias Avanzadas Madrid (INEAMAD) del Hospital Nuestra Señora del Rosario (Madrid).
Las enfermedades neuromusculares son un grupo de patologías caracterizadas por la afectación del sistema nervioso periférico y los músculos. "El sistema nervioso periférico lo constituyen las ramificaciones que parten del cerebro y la médula espinal y que se dirigen a inervar el cuerpo en forma de troncos nerviosos que se distribuyen por la cabeza, el tronco, las extremidades y las vísceras", ha clarificado el neurólogo de INEAMAD, el doctor Francisco Gilo.
En España hay más de 60.000 personas afectadas por alguna de las patologías que agrupan las enfermedades neuromusculares. Entre las más comunes se encuentran la miastenia gravis, las miopatías, las polineuropatías, las parálisis aisladas de nervios periféricos (parálisis facial, síndrome del túnel del carpo) y la "ciática" (por afectación de las raíces del nervio ciático).
"Las enfermedades neuromusculares se presentan de forma congénita, crónica o de modo fulminante, que es cuando la debilidad se instaura en muy pocas horas y puede comprometer la vida de los pacientes afectados", ha añadido el neurólogo.
"El diagnóstico precoz de estas patologías es fundamental para realizar un tratamiento, con el objetivo de mitigar la sintomatología y revertir o frenar el proceso causante de la enfermedad", ha añadido el doctor Gilo.
Para localizar en qué parte del sistema nervioso periférico está el problema, existen dos herramientas fundamentales: la historia clínica y los estudios neurofisiológicos. Los últimos son capaces de medir la velocidad y la amplitud de los impulsos nerviosos, así como evaluar la función de los músculos.
Otros elementos necesarios para el diagnóstico son estudios analíticos extensos con medición de posibles alteraciones metabólicas, inmunológicas o microbiológicas como potenciales responsables de la enfermedad.
CAUSAS DE LAS PATOLOGÍAS NEUROMUSCULARES Y TRATAMIENTOS ASOCIADOS
En primer lugar, las patologías neuromusculares pueden tener causa tóxica, como el alcohol o los fármacos como la quimioterapia. Además, pueden ocasionarse por causa metabólica, como la diabetes. El tratamiento asociado a este tipo es el estrecho control de las alteracines responsables. Es decir, hay que abstenerse del consumo de alcohol y mantener unos parámetros correctos de glucemia en los pacientes con diabetes.
Por otra parte, pueden estar generadas por causas inflamatorias autoinmunes. Se benefician de tratamientos inmunomoduladores e inmunosupresores para contrarrestar el daño anómalo que se ejerce en el cuerpo por el propio sistema defensivo de la persona enferma.
También se encuentran las enfermedades causadas por infecciones, como el virus del herpes y para tratarlas se pautan agentes antimicrobianos, principalmente antivíricos o antibióticos.
Las enfermedades neuromusculares también pueden existir con el dolor neuropático o disestesias, que son las alteraciones anormales de las sensaciones. En este caso, se emplean medicamentos neuromoduladores para minimizar este tipo de molestias.
Por último, también están las enfermedades en las que existe falta de fuerza o pérdida de equilibrio, para las que se prescribe tratamiento rehabilitador, que es uno de los pilares para la recuperación o la preservación de la función alterada por la enfermedad.