MADRID, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad Case Western Reserve (Estados Unidos) han propuesto una nueva utilidad para la técnica CRISPR, utilizada hasta ahora para la edición genética. Según publican en un artículo en la revista 'Angewandte Chemie', se podría usar también como un dispositivo médico similar a los sensores de glucosa en sangre, que detectaría con rapidez y precisión el virus del papiloma humano (VPH) o el parvovirus humano.
En su trabajo, los investigadores convirtieron la señal enzimática de CRISPR en una señal eléctrica, que luego se utilizó para detectar los biomarcadores de esos virus. "Esto podría algún día convertirse en un dispositivo simple, preciso y rentable para identificar diferentes virus de ácido nucleico, como el VPH o el parvovirus, a partir de una sola gota de una muestra de sangre. Y también sería extremadamente rápido", explica el autor principal del trabajo, Yifan Dai.
Las pruebas existentes para esos virus tardan de tres a cinco días para obtener un resultado preciso y pueden ser costosas, mientras que el biosensor previsto por estos científicos proporcionaría resultados precisos en menos de una hora. 'E-CRISPR' es el nombre que los investigadores dan a lo que ellos llaman una 'plataforma electroquímica' que se basa en la precisión de la técnica CRISPR para identificar y cuantificar los virus en la sangre.
"La técnica CRISPR funciona de manera que corta todo el ADN de una sola hebra no especificado a su alrededor una vez que se reconoce el objetivo, por lo que programamos una prueba electroquímica de esta actividad. No hay virus... no hay corte, es así de simple. Y si CRISPR comienza a cortar, sabemos que el virus está presente", detalla Dai.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), el VPH es un virus común que puede provocar seis tipos de cáncer en etapas posteriores de la vida. Casi 80 millones de estadounidenses están infectados con algún tipo de VPH, transmitido a través del contacto íntimo de piel a piel.
El parvovirus B19 se propaga a través de las secreciones respiratorias, como la saliva o el moco nasal, cuando una persona infectada tose o estornuda. Puede presentar una variedad de síntomas, dependiendo de la edad de la persona y de su estado general de salud. Aproximadamente dos de cada 10 personas infectadas con este virus no tendrán síntomas. Otros pueden tener solo un sarpullido leve.