MADRID, 11 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio del Centro de Biociencia Regenerativa de la Universidad de Georgia (Estados Unidos) es el primero en sugerir que COVID-19 no daña directamente las células de las papilas gustativas. A diferencia de estudios anteriores que han demostrado que el daño puede ser causado directamente por la partícula del virus, los investigadores encontraron que la pérdida del gusto es probablemente causada indirectamente por eventos inducidos durante la inflamación de COVID-19.
Un número cada vez mayor de pacientes con COVID-19 ha informado de pérdidas de olfato y/o gusto, lo que ha llevado a añadirlo a la creciente lista de síntomas de COVID-19. Investigaciones recientes muestran que entre el 20 y el 25 por ciento de los pacientes reportan ahora una pérdida del gusto.
"Más alarmante es el índice de pacientes que reportan pérdida del gusto en una fecha posterior, en algún momento después de la exposición al virus. Esto es algo que debemos vigilar cuidadosamente", explica Hongxiang Liu, líder de la investigación, publicada en la revista 'ACS Pharmacology & Translational Science'.
El estudio indica, además, que las células de las papilas gustativas no son vulnerables a la infección por SARS-CoV-2, porque la mayoría de ellas no expresan el ACE2, una puerta de entrada que el virus utiliza para entrar en el cuerpo. "Este estudio no es el primero que estudia la expresión del ACE2 en la cavidad oral. Pero es el primero en mostrar, específicamente en relación a la supervivencia de las células de coronavirus y papilas gustativas, que probablemente hay otros mecanismos de muerte celular en juego", apunta.
Los científicos querían averiguar si el ACE2 se expresaba específicamente en las células de las papilas gustativas, así como cuándo este receptor emerge por primera vez en las células del tejido oral durante el desarrollo del feto, estudiando a los ratones como un organismo modelo.
Aunque la versión de ratón del ACE2 no es susceptible al SARS-CoV-2, el estudio de dónde se expresa en los ratones podría ayudar a aclarar lo que sucede cuando las personas se infectan y pierden el sentido del gusto, dado que el ratón y el humano comparten patrones de expresión similares de genes.
"Los ratones tienen una copia celular diferente del ACE2, lo que los hace inmunes a la infección del SARS-CoV-2. Un primer paso lógico fue diseñar genéticamente un modelo para examinar la expresión del receptor ACE2 en ratones de tipo salvaje, para proporcionar información sobre lo que sucede en las personas", argumenta Liu.
Analizando los datos de las células orales de ratones adultos, los investigadores encontraron que el ACE2 estaba enriquecido en células que dan a la lengua su superficie rugosa, pero que no podían encontrarse en la mayoría de las células de las papilas gustativas. Eso significa que el virus probablemente no afecta a la pérdida del gusto a través de la infección directa de estas células.
"Está claro, a partir de los datos, que los futuros diseños de terapias dirigidas a los receptores de ACE2 probablemente no sean tan eficaces en el tratamiento de la pérdida del gusto de los pacientes que sufren de COVID-19", reflexiona.