MADRID, 17 Jun. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación realizada en pacientes pediátricos en China ha encontrado que los menores presentaban formas leves o moderadas de COVID-19, y los síntomas iniciales más comunes fueron fiebre y tos, que se recuperaron a los tres días de comenzar el tratamiento. También presentaron más fiebre, vómitos y diarrea que los adultos.
Estos nuevos conocimientos sobre las características clínicas y epidemiológicas de los pacientes pediátricos con enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) podrían facilitar la identificación temprana y la intervención en pacientes sospechosos, según un estudio publicado en la revista de acceso abierto 'PLOS Medicine' por Xihui Zhou, del primer hospital afiliado de la Universidad Xi'an Jiaotong, en China, y colegas.
La infección por SARS-CoV-2 se ha extendido rápidamente por todo el mundo y la identificación e intervención tempranas son necesarias para el control efectivo de la epidemia tanto en adultos como en niños. Pero se sabe relativamente poco sobre las características clínicas y epidemiológicas de los pacientes pediátricos.
Zhou y sus colegas abordaron esta brecha en el conocimiento para proporcionar información sobre el diagnóstico temprano y la evaluación de COVID-19 en niños.
Los investigadores recogieron y analizaron los datos clínicos de 34 pacientes pediátricos con COVID-19 en cuatro hospitales en China del 27 de enero al 23 de febrero.
Los pacientes presentaron formas leves (18%) o moderadas (82%) de COVID-19, y los síntomas iniciales más comunes fueron fiebre (76%) y tos (62%), que se recuperaron dentro de los tres o cuatro días posteriores al tratamiento.
A diferencia de las observaciones en pacientes adultos, los casos pediátricos mostraron una mayor proporción de fiebre, vómitos (12%) y diarrea (12%) al ingreso. Las tomografías computarizadas (TC) de tórax revelaron sombras irregulares de alta densidad con un patrón de inicio tardío en lesiones de lóbulo pulmonar en 28 pacientes (82%).
Por el contrario, solo el 3% de los pacientes pediátricos mostraron características llamadas opacidades de vidrio esmerilado, opacidades opacas que no oscurecen las estructuras bronquiales subyacentes o los vasos pulmonares, que generalmente se observan en adultos con COVID-19.
Las presentaciones clínicas no fueron tan graves como los signos observados en las imágenes de TC, y la recuperación de las lesiones en los lobulillos fue inferior a la de los síntomas principales. Según los autores, los hallazgos ofrecen información valiosa sobre el diagnóstico precoz y el control epidémico de COVID-19 en niños.