MADRID, 3 Sep. (EDIZIONES) -
Poco a poco a lo largo de este septiembre las comunidades están retomando la ansiada vuelta al cole. De hecho, son múltiples las voces que claman que, por regla general y sin contar las excepciones, el beneficio supera, y con creces, al riesgo de contagio de la COVID-19.
Según destaca la psicóloga sanitaria Ana Asensio en una entrevista con Infosalus, "el beneficio es absoluto" desde el punto de vista psicológico y emocional, "que merece la pena correr el riesgo", teniendo en cuenta además que estos se encuentran en pleno desarrollo, pero siempre que se sigan estrictamente las medidas de control e higiene establecidas para evitar los contagios.
"Hay muchos niños pequeños que han sufrido crisis de ansiedad cuando empezaban a salir a la calle, que han tenido dificultades para respirar, que han tenido pesadillas por la ansiedad y el estrés que les proporcionaba el salir de nuevo a la calle; aunque luego tenemos el caso extremo, niños para los que la vuelta a la calle supuso un regalo de los Reyes Magos. Con la vuelta al cole puede suceder lo mismo", relata la especialista.
Por eso, insiste en que no estamos preparados para vivir esta pandemia, pero advierte de que sí nos podemos organizar con el tiempo. "No es algo habitual, que hayamos vivido antes, y a lo que estemos acostumbrados. Entonces es todo un reto de cara a los niños y familias. Los beneficios desde punto de vista emocional y psicológico con la vuelta a los centros escolares llegan al 100%", mantiene la doctora en Neurociencia.
Asensio, que es directora del Gabinete psicológico Vidas en positivo (Majadahonda, Madrid), avisa, eso sí, de que siempre hay casuísticas individuales donde ese riesgo sea mayor que el beneficio, casos que, según defiende, habrá que valorar de forma individual.
"Según los estudios, entre los niños se contagian poco entre ellos. Pero hay excepciones de sistemas inmunodeprimidos, por ejemplo, o de niños que viven con población de riesgo. Entonces sí que habría que evaluar el coste porque igual no merece la pena. Lo primero es preservar, porque sino el estrés que se va a vivir es mayor. En estos casos habría que evaluar y esperar a otras medidas más fuertes, tipo vacuna, que den un poco de tranquilidad. También se podría aislar a la persona que es sensible, la de riesgo, que son a los que hay que proteger realmente", remarca la psicóloga sanitaria.
QUÉ PUEDEN SENTIR LOS NIÑOS CON LA VUELTA AL COLE
Con ello, Asensio explica que los menores pueden vivir diferentes escenarios con la vuelta al cole. Desde un periodo de adaptación totalmente normal, o por el contrario súper difícil, y más largo de lo habitual, es decir, que de los 15 días a un mes que suele llevarles a muchos menores el adaptarse, alargarse hasta los casi dos meses, según aprecia.
"Los niños llevan 6 meses sin ir al colegio y desconocen esa necesidad de rutina, que sí ansiamos en muchas ocasiones los mayores. Cuando entren en el cole es posible que entre en un periodo de adaptación difícil, y debemos ser comprensivos porque pasará. Igual se tardan un par de meses, en lugar de 15 días, porque entramos en exigencias distintas, y llevan mucho tiempo sin ver a sus amigos", valora.
Aquí destaca la primera de las medidas que pueden ser útiles en esta vuelta al cole: "La primera actitud es mostrarnos comprensivos con el momento, con la anormalidad de la normalidad. Normalizar esta situación. Y esto no quiere decir que nos dé igual, sino incluir todas las medidas de higiene y de control que tenemos que incluir, y enseñar desde casa lo importante que es la medida que nos han dado. Si hay que llevar una botellita de gel hidroalcohólico y una funda para la mascarilla, enseñarles a los niños. Usar la mascarilla con los niños en todo momento y, si vemos que la llevan mal, colocársela bien con amabilidad, aunque haya que repetírselo mil veces".
Por eso, ve vital una mayor comprensión y paciencia por parte de los padres y de los profesores a la hora de afrontar el curso, a la hora de establecer las nuevas rutinas y de adaptarse en esta vuelta al cole.
En segundo lugar, la doctora en Neurociencia destaca la importancia de poner medidas y de fortalecer la higiene, explicando a los niños que las mascarillas no son para jugar, o que hay que lavarse las manos con frecuencia, como parte de nuestro día a día. Además, Asensio defiende que hay que tener mucha paciencia y explicar que la situación es muy incierta.
"No sabemos qué va a pasar. Tenemos que sentir esa incertidumbre como algo normal. Vamos poco a poco, no sabemos si vamos a estar otra vez confinados. Por eso debemos vivir esa incertidumbre poniendo todas las medidas higiénicas establecidas, y fortalecerlas. Es la forma de seguir hacia adelante. Igual te ayuda todos los días tomar la temperatura a tus hijos como algo rutinario. O cada vez que lleguen, el que los zapatos se queden fuera de casa, por ejemplo. Esto sirve si así nos sentimos más cómodos", relata.
Es más, resalta que es muy saludable volver a la normalidad. Es algo que necesitamos, aunque puede que vaya a haber mucho estrés. "Se necesita como el comer y se deben equilibrar las situaciones, ni el pánico, ni tampoco los negacionistas. Los extremos no son saludables", insiste la psicóloga.
En tercer lugar, plantea el desarrollar esa confianza incierta, dado que tendemos a vivir con confianza porque creemos que lo que nos ha pasado antes es lo que va a suceder. "Ahora nos ha pasado algo excepcional, y tenemos nuestro recuerdo en la memoria de marzo y de abril, por lo que en cuanto empezamos a pensar que esto se revuelve nos da mucho miedo y no queremos volver a vivirlo. Nos toca más que nunca exponer todas las medidas y confiar y cuidar en la salud emocional. Los niños son esponjas y en la medida en la que uno hable del tema con equilibrio en casa, con pautas, soluciones y lo que podemos hacer, aliviará mucho la sensación de miedo angustia, e incertidumbre. Si yo pongo medidas y me instalo en la creencia de que todo irá bien, nos irá mejor", detalla Asensio.
En última instancia, opta por respirar, relajarse, ser comprensivo, e ir paso a paso. Si me siento incómodo con algo no lo hago. Evaluar cada paso, cuál es el beneficio-riesgo. "La paciencia y la calma son esenciales estos días. El enseñar a los niños a estar calmados, el tener la tranquilidad a la hora de explicar y nos iremos acostumbrando, que nos acostumbramos a todo, es una parte muy buena. Por eso manifestar siempre la mayor calma posible es muy importante. Y esto no quiere decir pasar de todo, sino poner medidas y mantener la calma", sentencia la psicóloga Ana Asensio.