MADRID, 20 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio publicado en la revista 'Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry' ha demostrado que el consumo regular en edades jóvenes de cannabis altera los circuitos cerebrales relacionados con el control cognitivo, un conjunto de procesos por los cuales la mente gobierna, regula y guía las conductas, los impulsos y la toma de decisiones basadas en metas.
Los investigadores, del New York State Psychiatric Institute, encontraron que estas alteraciones cerebrales fueron menos intensas en individuos que recientemente dejaron de consumir cannabis, lo que podría sugerir que los efectos del cannabis son más fuertes en los consumidores recientes. Otros hallazgos del estudio también sugieren alteraciones mayores y más persistentes en individuos que iniciaron el consumo de cannabis antes, mientras que el cerebro aún está en desarrollo.
"La mayoría de los adultos que ahora consumen sustancias problemáticas tienen más probabilidades de tener problemas con las drogas y el alcohol en la adolescencia, un período de desarrollo durante el cual los circuitos neuronales subyacentes a los procesos de control cognitivo continúan madurando", explica la autora principal del trabajo, Marilyn Cyr.
Como tal, los científicos apuntan que el cerebro de los adolescentes podría ser "particularmente vulnerable" a los efectos del uso de sustancias, sobre todo el cannabis, la droga recreativa más usada por los adolescentes de todo el mundo.
Los hallazgos se basan en datos de resonancia magnética funcional (fMRI, por sus siglas en inglés) de 28 adolescentes y adultos jóvenes (de 14 a 23 años de edad) con un consumo significativo de cannabis y controles sanos de 32 años y sexo coincidentes. Los participantes fueron escaneados durante la realización una tarea de control cognitivo que requiere la resolución de conflictos para responder con precisión.
En comparación con sus contrapartes sanas, los adolescentes y adultos jóvenes con un consumo significativo de cannabis mostraron una activación reducida en los circuitos frontoestriatales que apoyan el control cognitivo y la resolución de conflictos.
"Dado que el consumo de sustancias y las tasas de recaída se asocian con los procesos de control, las intervenciones basadas en la estimulación neural, como la estimulación magnética transcraneal (EMT), y las intervenciones conductuales, como el entrenamiento cognitivo, que se dirigen específicamente a los circuitos cerebrales subyacentes a estos procesos de control, pueden ser útiles como estrategias de intervención complementarias a los programas de tratamiento estándar para el trastorno por consumo de cannabis", concluyen los investigadores.