El centro inicia un estudio financiado por el Gobierno foral que favorezca un mejor pronóstico de la enfermedad
PAMPLONA, 20 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Clínica Universidad de Navarra ha puesto en marcha un estudio para determinar nuevos biomarcadores que contribuyan al diagnóstico precoz de la enfermedad de Alzheimer. Financiado por el Gobierno de Navarra, este proyecto a tres años busca establecer una nueva herramienta de diagnóstico para esta enfermedad neurodegenerativa.
"Nuestro objetivo es tratar de validar una herramienta diagnóstica para la enfermedad de Alzheimer basada en el estudio de la sangre, es decir, encontrar biomarcadores en sangre periférica que permitan aproximarnos al diagnóstico de la enfermedad", ha explicado la doctora Marta Fernández Matarrubia, especialista del Departamento de Neurología y directora del estudio.
Un análisis de sangre que facilitaría un diagnóstico más precoz y accesible, ya que en la actualidad "los marcadores analíticos que ya están aprobados se basan en líquido cefalorraquídeo, lo que implica la realización de una punción lumbar". Un procedimiento, en definitiva, más invasivo que una extracción de sangre.
"Estamos investigando el perfil de microRNAs (pequeñas moléculas de RNA no codificantes que regulan la expresión génica) para, basándonos en ellas, ver si hay patrones de determinados microRNAs que se asocien a la enfermedad. Y si esos patrones diferentes nos permiten distinguir entre personas que tienen o van a tener la enfermedad de personas sanas", ha detallado la doctora Fernández Matarrubia.
Las muestras que han comenzado a analizarse proceden del Biobanco de la Universidad de Navarra (BBUN), pese a que prospectivamente los investigadores van a seguir reclutando muestras tanto de pacientes como de voluntarios sanos, ha informado la Clínica Universidad de Navarra en un comunicado.
LA INMUNOTERAPIA, UNA LÍNEA MODIFICADORA
Desde el centro han explicado que en torno a 50 millones de personas en el mundo están afectados por la enfermedad de Alzheimer. Una cifra que, según estiman, se triplicará en 2050. Sin embargo, de momento, tan solo existen tratamientos sintomáticos, que "estabilizan los síntomas durante un cierto tiempo pero no modifican su desarrollo", lo que pone en relieve la importancia de la investigación en esta enfermedad neurodegenerativa.
La Clínica Universidad de Navarra, además de este nuevo estudio, tiene dos ensayos clínicos activos con terapias modificadoras de la enfermedad. "Para intentar modificar el curso de la enfermedad de Alzheimer, se han desarrollado moléculas que actúan sobre las proteínas que se depositan en el cerebro de estos pacientes: amiloide y Tao", ha detallado el doctor Mario Riverol, especialista del Departamento de Neurología de la Clínica.
"Normalmente, se hace mediante inmunoterapia con anticuerpos que van a ir contra esas proteínas situadas en el cerebro para intentar limpiarlas o evitar que se propaguen. De esta forma, se trata de revertir el efecto de la enfermedad", ha agregado.
Los dos ensayos de la Clínica buscan actuar ante esas proteínas de forma distinta. Por un lado, uno emplea inmunoterapia activa para que, mediante una vacuna, el propio paciente sea capaz de generar los anticuerpos que las inhiban. Mientras que el segundo estudio se basa en inmunoterapia pasiva, en el cual los anticuerpos son creados en el laboratorio antes de ser administrados.
Un tercer ensayo investiga la eficacia de una molécula para el tratamiento de la agitación producida por esta enfermedad y que los medicamentos estándar no consiguen controlar.
El diagnóstico precoz, coinciden, es una de líneas principales en la investigación actual. "En los últimos años se ha mejorado muchísimo en el diagnóstico, ya que antes todo se llamaba demencia senil y solo se diagnosticaba cuando la persona estaba muy deteriorada. Ahora nos hemos adelantado mucho al proceso de la enfermedad diagnosticando en fases muy tempranas. Lo que toda la comunidad científica quiere es encontrar algo que administrado en fases tempranas detenga o ralentice el curso de la enfermedad", ha concluido la doctora Fernández Matarrubia.