MADRID, 22 Nov. (EDIZIONES) -
De forma generalizada, el ser humano tiene una profunda insatisfacción, a veces consigo mismo, a veces con los demás, e incluso con la misma vida. Es algo común en nuestro mundo occidental relacionado con una serie de expectativas sobre cómo debería ser nuestra vida.
"Cuando las expectativas no se cumplen caemos en el desánimo, en la sensación de impotencia, y de desesperanza y esto es algo común que nos rodea", defiende en una entrevista con Infosalus el doctor Mario Alonso Puig, médico especialista en cirugía general y del aparato digestivo y formado en medicina mente-cuerpo en el Instituto Mente-Cuerpo de la Universidad de Harvard, quien considera igualmente que, de fondo, la raíz del problema, es que hay un desconocimiento de la dimensión más profunda de la vida.
"La vida no está para cumplir nuestros deseos, sino para ayudarnos a crecer, a evolucionar, y a contribuir. De forma que, si nos centramos tanto en nosotros mismos, queremos las cosas para nuestro propio bienestar, y nos olvidamos de los anhelos y necesidades de los demás, es en ese momento en el que no podemos ser felices", remarca.
Es más, sostiene que la guerra o el clima político que actualmente vivimos los españoles nos afecta y mucho en este plano: "Ortega y Gasset lo definió de forma concisa y muy clara, 'yo en mis circunstancias', es decir, las circunstancias obviamente pesan, y toda la situación de enfrentamiento, de complejidad, obviamente es un factor que tiene un enorme peso en cómo nos sentimos, pero también debe tener peso nuestra confianza, esperanza, y nuestro deseo de encuentro".
EL INICIO DEL CAMBIO: UNO MISMO
Así, el doctor Mario Alonso Puig defiende que, para poder cambiar esta situación de insatisfacción personal, tal y como plantea en su último libro (el duodécimo ya) 'El camino del despertar' (Espasa), la varita mágica se encuentra en cada uno de nosotros. "Toda transformación comienza en uno mismo", apunta.
Subraya que ésta es la clave, en palabras de Albert Einstein, porque "la separación que vemos entre el mundo interior y el exterior es fruto de nuestra mente"; al mismo tiempo que cita a Epíteto, maestro estoico, quien defendía que 'no vemos el mundo que es, sino lo que somos'.
"La percepción es una creación del cerebro, es decir, yo combino lo de fuera, lo que captan mis sentidos, con lo que tengo dentro. Si dentro no estoy bien y, por dentro por ejemplo estoy enfadado o deprimido, ya me puede venir de fuera lo más maravilloso, la gente más encantadora, que no voy a poder apreciarlo. Entonces, si uno no está bien por dentro no puede captar aquellas cosas que de alguna manera nos alegran la vida", mantiene.
SUPERAR NUESTRAS LIMITACIONES
En este contexto, Puig apuesta por superar las actuales "limitaciones físicas, mentales y anímicas" de cada uno que, operando "desde dimensiones ocultas de nuestra mente", y de las que no somos conscientes, ya que argumenta que no nos están permitiendo vivir en plenitud.
Pone como ejemplo de limitación física una persona a la que intentaron robarle y fue capaz de saltar un muro que la policía no creía que había podido saltar. "En cuanto a los límites mentales, cuántas veces una persona atrapada por el miedo se bloquea y no puede ante un examen o oposición contar todo lo que sabe; o cuántas veces una persona por su timidez no consigue ampliar su círculo de amistades, cuando tiene suficiente para ofrecer a los demás", sostiene el doctor.
Aquí resalta la importancia la "distancia emocional de perspectiva", tal y como él lo caracteriza, que es según define "aquello que nos permite empatizar sin quedar envueltos en la emoción": "Si hablo con alguien que está triste, la distancia emocional de perspectiva nos ayuda a no ser indiferentes frente a su tristeza, pero no me pone tan triste como está ella, porque si me pongo tan triste no puedo ayudarle. Aquello que te permite empatizar sin quedar secuestrado por ese componente emocional a veces tan intenso".
EL PODER DE LA MEDITACIÓN
Igualmente, y a partir de su propia experiencia, no sólo por los años que lleva estudiándola, sino también practicándola, este experto recomienda el 'poder' de la meditación frente al "enorme barullo mental" que tenemos cada uno de nosotros, parte consciente y otra inconsciente.
"Este barullo no nos permite reconocer lastres que nos dificultan nuestra vida, ni aquellos recursos que no afloran con tanto barullo mental. La meditación precisamente reduce ese barullo mental para que pueda emerger esa claridad que nos permite tomar mejores decisiones", destaca.
Resalta en última instancia que la naturaleza humana consta de tres dimensiones (física, mental y la espiritual) y considera que hay que cuidar de las tres, y por poner un ejemplo quien no cuida muchas veces su dimensión física acaba teniendo desajustes mentales y anímicos, y sucedería lo mismo con los otros dos planos. "Tenemos que ir a una visión más holística y global y más completa del ser humano", concluye.