MADRID, 27 Dic. (EUROPA PRESS) -
Las bajas temperaturas son un factor de riesgo para un gran número de colectivos, como el de la obra pública y la construcción, el sector agrícola y el sector alimentario, que realizan la mayor parte de su trabajo en el exterior.
El Departamento de Salud Ambiental de MadridSalud explica que, desde el punto de vista médico, la disminución de la temperatura corporal se conoce con el término de 'hipotermia'. Se produce cuando el cuerpo pierde más calor del que puede generar y habitualmente la causa una larga exposición al frío.
Añaden que síntomas inespecíficos como temblor, confusión, torpeza en los movimientos y dificultad de razonamiento dentro de un ambiente frío deben hacer sospechar que la persona puede presentar un estado de hipotermia.
Ante la inminente llegada del invierno y las olas de frío, la Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual (ASEPAL) recuerda que el trabajo en condiciones gélidas es importante para la salud de los trabajadores, por lo que conviene estar preparados y llevar equipos de protección individual adecuados.
El uso de estos equipos debe llevarse a cabo coforme a lo establecido en el Real Decreto 773/1997 y cumplir los requisitos de salud y seguridad legales establecidos en el Real Decreto 1407/1992.
- Riesgos derivados de la exposición a ambientes fríos. Lo cual supone la exposición equivalente del usuario de temperaturas comparables a una temperatura del aire de entre -5 ºC y 10 ºC.
- Riesgos derivados de la exposición al frío. Para exposiciones a un riesgo superior al de un ambiente frío.
- Riesgos derivados de la exposición a la lluvia. La lluvia no sólo molesta, sino que en determinadas circunstancias, la exposición a la misma puede constituir un riesgo por sí misma.
ASEPAL indica que el nivel de riesgo en lo relativo a la exposición al frío depende de cuatro factores.
- La temperatura del aire: la temperatura ambiental medida por un termómetro.
- La velocidad del viento: a mayor velocidad del viento, mayor capacidad de enfriamiento, y por tanto, mayor amenaza para una misma temperatura.
- La humedad relativa: dado que el agua conduce el calor 25 veces más rápido que el aire, a mayor humedad presente, mayor disipación de calor.
- La actividad física: esta aumenta la cantidad de calor producido por el cuerpo. Aunque es un factor difícil de medir, existen tablas en las que se indica la actividad física asociada a diversos tipos de acciones.
Con todos estos factores se puede calcular el nivel de protección requerido para alcanzar el equilibrio térmico del individuo con el medioambiente teniendo en cuenta la capacidad de aislamiento de la vestimenta que use el trabajador.
CLAVES PARA PREVENIR LOS RIESGOS
Las medidas preventivas son la mejor elección contra las bajas temperaturas para garantizar la salud laboral de los trabajadores. Desde ASEPAL proporcionan algunas claves para tener en cuenta en estas situaciones.
- Estar pendientes de las previsiones meteorológicas y seguir las recomendaciones de las instituciones.
- Evitar o disminuir el esfuerzo físico durante las horas más gélidas del día.
- Proteger las extremidades de los trabajadores con el equipo necesario y adecuado a sus necesidades.
- Proporcionar la ropa necesaria según el puesto de trabajo y condiciones termohigrométricas.
- Ingerir líquidos calientes ayudando a recuperar pérdidas de energía calorífica.
- Controlar el ritmo de trabajo y organizar breves ciclos de trabajo con descanso durante la jornada.
Desde ASEPAL también llaman a recordar "que las exposiciones prolongadas a temperaturas frías pueden hacer que se tomen decisiones erradas o que se reaccione más lentamente de lo normal".
Han incidido en que el trabajador informe a su supervisor si no lleva ropa lo suficientemente abrigada y a prestar atención a las señales de advertencia y a los síntomas de hipotermia, congelación u otras enfermedades o lesiones relacionadas con el frío.