MADRID, 28 Mar. (EUROPA PRESS) -
El aumento de las horas de sol hace que los días se alarguen y estemos más tiempo al aire libre disfrutando de la temperatura. Conocida como la 'estación del amor', esta época marca el inicio del buen tiempo y es la antesala del verano, lo que hace que sea una estación en la que sentirnos más positivos y con más energía.
Aunque no todos percibimos los cambios asociados a esta estación por igual, es importante que sepamos cómo cuidarnos adecuadamente, ya que la primavera puede acarrear un incremento de las alergias debido al incremento de polen, puede aumentar la fatiga y trae consigo la denominada 'astenia primaveral'.
Por ello, el médico y responsable de Comunicación de Salud de DKV Seguros, Ferran L. Tognetta, analiza los cambios que notaremos durante esta época del año. El primero de ellos es la euforia primaveral, producida con el aumento de luz y de temperatura, que hace que nuestro cerebro segregue una serie de hormonas que influyen en nuestro estado de ánimo y que nos sintamos más felices.
La primavera también interviene en nuestro deseo sexual, que aumenta debido a que la vitamina D del sol actúa de forma directa en el estado anímico y en los niveles de testosterona.
Por otro lado, la astenia primaveral, considerada un trastorno adaptativo, hace que más de la mitad de la población presente algunos de los siguientes síntomas: cansancio y somnolencia durante el día, fatiga, irritabilidad, pérdidas del apetito, disminución de la lívido durante la fase de adaptación o pérdida del cabello.
Para ella no existe un tratamiento específico, aunque sí una serie de medidas que podemos seguir para adaptarnos en un menor periodo de tiempo. Entre ellas, el ejercicio físico ayudará a liberar estrés y, por tanto facilitará la conciliación del sueño, un factor esencial para la liberación de melatonina.
Otro aspecto que mejorará esta situación es llevar una dieta saludable, comiendo fruta y verdura fresca y disminuyendo la ingesta de alimentos hipercalóricos. Debemos prestar especial atención a la hidratación, que aunque siempre importante, lo es aún más durante las estaciones cálidas.
Por último, se desaconseja automedicarse con vitaminas, ya que con una nutrición adecuada el cuerpo ya estará abastecido y la ingesta extra hará que tengamos un exceso innecesario.
¿REPERCUTE EL CAMBIO DE HORA EN NUESTRA RUTINA?
El cambio de hora está también ligado a la primavera, ya que tiene lugar varios días después del inicio de ésta. A esta hora de más le agradeceremos disfrutar de más horas de luz, pero también hace que cambiemos el ritmo nocturno, lo que puede producir un desajuste entre los ritmos internos y los ambientales.
Algunas personas sufren pequeñas alteraciones, comunes durante la estación, y que se superan en un corto periodo de tiempo, normalmente de entre tres y siete días. Esto sucede porque los órganos humanos segregan hormonas vinculadas con el sueño y la vigilia que influyen en nuestro organismo.
El comienzo del calor también hace que nuestra piel se quede más seca y deba volver a acostumbrarse a los días largos y las temperaturas altas. La llegada de este buen tiempo invita a exponernos al sol, y aunque la intensidad sea ahora menor que en verano, no hay que olvidar su cuidado. Se recomienda usar protección diaria, al menos de factor 15 para el cuerpo y aumentando a 30 en la zona facial.
Por último, a la hora de broncearnos debemos ser cuidadosos y hacerlo paulatinamente, para evitar quemar nuestra piel y dejarla además un proceso de adaptación a la exposición al sol. Las frutas y verduras también ayudan a conseguir un bronceado más dorado gracias a sus propiedades.