MADRID, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -
Investigadores en cáncer del Hospital Infantil de Philadelphia (Estados Unidos) han aprovechado las herramientas utilizadas para el desarrollo de inmunoterapias contra el cáncer y las han adaptado para identificar las regiones del virus del SARS-CoV-2, que causa la enfermedad COVID-19, a las que hay que dirigirse con una vacuna. Utilizando esta estrategia, los investigadores creen que la vacuna resultante proporcionaría protección a toda la población humana e impulsaría una respuesta inmunológica a largo plazo.
"En muchos sentidos, el cáncer se comporta como un virus, por lo que nuestro equipo decidió utilizar las herramientas que desarrollamos para identificar aspectos únicos de los cánceres infantiles que pueden ser atacados con inmunoterapias y aplicar esas mismas herramientas para identificar las secuencias de proteínas correctas para atacar en el SARS-CoV-2", explica John M. Maris, autor principal del trabajo, que se ha publicado en la revista 'Cell Reports Medicine'.
Para aumentar la probabilidad de que una vacuna sea segura y eficaz, el equipo de investigación dio prioridad a los parámetros para identificar las regiones del virus a las que hay que dirigirse. Los investigadores buscaron regiones que estimularan una respuesta de las células T de memoria que, cuando se emparejaran con las células B correctas, impulsaran la formación de células B de memoria y proporcionaran una inmunidad duradera, y lo hicieron en la mayoría de los genomas humanos.
Apuntaron a las regiones del SARS-CoV-2 que están presentes en múltiples coronavirus relacionados, así como a las nuevas mutaciones que aumentan la infecciosidad, asegurándose al mismo tiempo de que esas regiones fueran lo más disímiles posible de las secuencias que se producen naturalmente en los seres humanos para maximizar la seguridad.
Los investigadores proponen una lista de 65 secuencias peptídicas que, cuando se seleccionan como objetivo, ofrecen la mayor probabilidad de proporcionar inmunidad a escala de la población. Como siguiente paso, el equipo está probando varias combinaciones de una docena o más de estas secuencias en modelos de ratones para evaluar su seguridad y eficacia.
"Con la tercera epidemia de las dos últimas décadas en curso, todas originadas en la familia de los coronavirus, estos virus continuarán amenazando a la población humana y requerirán la necesidad de medidas profilácticas contra futuros brotes. Un subconjunto de las secuencias seleccionadas en nuestro estudio se deriva de regiones virales muy similares a otros coronavirus, por lo que nuestro enfoque, si tiene éxito, podría conducir a la protección no sólo contra el SARS-CoV-2 sino también contra otros coronavirus que puedan surgir en el futuro", argumenta Yarmarkovich.