MADRID, 19 May. (EUROPA PRESS) -
Tras una pérdida de audición el cerebro se reorganiza y "sanea" la zona encargada de esta función auditiva y puede reasignarla a otras, según sugiere una investigación realizada por la Universidad de Colorado, Estados Unidos. Señalan que también sucede con la pérdida de audición en etapa temprana y puede desempeñar un papel en el deterioro cognitivo.
Estos expertos plantean que esta reorganización cerebral compensatoria por la pérdida de audición puede ser un factor que explique los recientes informes que muestran que la pérdida de audición relacionada con la edad se correlaciona significativamente con la demencia.
PRINCIPIOS DE NEUROPLASTICIDAD
Anu Sharma, del Departamento de Habla y Lenguaje y Ciencia Auditiva de la Universidad de Colorado, ha aplicado los principios fundamentales de la neuroplasticidad, la capacidad del cerebro para forjar nuevas conexiones, para determinar las formas en las que se adapta a la pérdida de audición, así como las consecuencias de esos cambios, hallazgos que expone en la 169 reunión de la Sociedad Acústica de América (ASA), que se celebra desde el lunes en Pittsburgh, Estados Unidos.
El trabajo del equipo de Sharma se centra en grabaciones electroencefalográficas (EEG) de adultos y niños con sordera y pérdida auditiva menor para obtener información sobre las formas en que sus cerebros responden de manera diferente a las de las personas con audición normal. Los registros de EEG implican la colocación de múltiples sensores diminutos --unos 128-- en el cuero cabelludo, lo que permite medir la actividad cerebral en respuesta a la simulación de sonido, explica Sharma.
La simulación de sonido, como sílabas del habla grabadas, se administra a través de altavoces, para obtener una respuesta en forma de "ondas cerebrales" que se originan en la corteza auditiva --el centro más importante para el habla y el procesamiento del lenguaje-- y otras áreas de la cerebro. "Podemos examinar ciertos biomarcadores del funcionamiento cortical, que nos indican cómo la parte auditiva del cerebro de una persona sorda está funcionando en comparación con la de una persona con audición normal", afirma Sharma.
Sharma y otros investigadores han descubierto recientemente que las áreas del cerebro responsables del procesamiento de la visión o el tacto pueden reclutar, o hacerse cargo, de áreas en las que normalmente se procesa la audición, pero que reciben poca o ninguna estimulación en la sordera. Esto se llama "cruce-modal" de reorganización cortical y refleja una propiedad fundamental del cerebro de compensar en respuesta a su entorno.
"Creemos que este tipo de adaptación compensatoria puede disminuir significativamente los recursos disponibles del cerebro para procesar el sonido y puede afectar a la capacidad de un paciente sordo de percibir efectivamente el discurso con sus implantes cocleares", afirma Sharma. Los implantes cocleares son dispositivos que omiten partes dañadas del oído y estimulan directamente el nervio auditivo implantado. Las señales generadas por el implante se envían por medio del nervio auditivo al cerebro, que reconoce las señales como sonido, según los Institutos Nacionales de Salud.
Sharma, con sus alumnos Julia Campbell y Garrett Cardon, también hizo recientemente el descubrimiento de que "el reclutamiento del 'cruce-modal' de la parte auditiva del cerebro por los sentidos de la visión y el tacto ocurre no sólo en pacientes sordos, sino que también es claramente evidente en adultos con solamente un grado leve de pérdida de audición". "Las áreas auditivas del cerebro se reducen en la pérdida de audición relacionada con la edad -continúa--. Los centros del cerebro que se utilizan normalmente para la toma de decisiones de más alto nivel se activan sólo con la audición de sonidos".
El trabajo del equipo sugiere que la parte del cerebro que se usa para la audición puede llegar a ser reorganizada, incluso en etapas más tempranas de la pérdida de audición relacionada con la edad. Y "estos cambios compensatorios aumentan la carga total en el cerebro de los adultos mayores", dice Sharma. Este hallazgo tiene importantes implicaciones clínicas para el desarrollo de programas de detección temprana de la pérdida de audición en los adultos.
"La reorganización cerebral compensatoria secundaria a la pérdida de audición también puede ser un factor que explique los recientes informes en la literatura que muestran que la pérdida de audición relacionada con la edad se correlaciona significativamente con la demencia", agrega Sharma. Además, los resultados sugieren que la pérdida de audición relacionada con la edad debe ser tomada en serio, incluso en sus primeras etapas.
"Uno de cada tres adultos mayores de 60 tiene pérdida de audición relacionada con la edad --destaca Sharma--. Teniendo en cuenta que incluso pequeños grados de pérdida auditiva pueden causar cambios secundarios en el cerebro, las proyecciones para adultos y la intervención en forma de audífonos auditivos deben considerarse mucho antes para proteger contra la reorganización del cerebro".