MADRID, 8 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de investigadores de la Universidad Rockefeller (EE.UU), en colaboración con la Universidad de Princeton (EE.UU), ha descubierto que las neuronas que se encuentran en el núcleo dorsal del rafe ayudan a regular el hambre y el gasto de energía, lo que supone un avance para el desarrollo de nuevos fármacos contra la obesidad.
Para el desarrollo del estudio, publicado en 'Cell', el equipo ha utilizado una técnica avanzada de imágenes 3D llamada iDISCO para escanear los cerebros de ratones expuestos a temperaturas calientes con el objetivo de buscar signos de actividad neuronal. En este contexto, se ha observado actividad en el hipotálamo y en el núcleo dorsal del rafe.
Así, Alexander R. Nectow, director del equipo de la Universidad de Princeton, ha explicado que estos hallazgos han demostrado que dichas células ayudan a regular el equilibrio energético modulando la ingesta de alimentos y el gasto de energía "a través de mecanismos de circuito parcialmente superpuestos".
Con la aplicación de esta técnica los investigadores han descubierto que la activación de estas neuronas reduce la temperatura de la grasa marrón, que se quema para generar calor y aumentar la temperatura corporal. Por su parte, cuando se ha suprimido su función, se ha producido un incremento del calor que ha hecho que los animales tuvieran menos hambre.
En este sentido, los expertos han destacado que la actividad física también ayuda a quemar calorías del mismo modo que cualquier tarea básica que mantiene vivo al cuerpo como respirar o digerir los alimentos. Así, han puesto a los ratones en jaulas con sensores para rastrear sus movimientos y medir cuánto dióxido de carbono producen y la cantidad de alimentos, agua y oxígeno que consumen con el objetivo de observar si estas neuronas pueden controlar el gasto de energía mediante otros medios y no solo por la regulación de la temperatura.
Los hallazgos han puesto de relieve que estas neuronas suprimen la ingesta de alimentos y aumentan el gasto de energía, lo que supone otro reto sobre cómo calmar estas células.
De este modo, el estudio ha concluido que este grupo celular, denominado como neuronas de hambre, permite regular tanto el hambre como el gasto de energía, lo que supone un "importante" avance en el manejo de la pérdida de peso y la obesidad, una patología que contribuye al desarrollo de otras enfermedades como cáncer o enfermedades cardíacas y que afecta ya a más de 90 millones de estadounidenses.