MADRID, 15 Ene. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación ha descubierto que una señal inmune clave tiene un papel hasta ahora desconocido en la desactivación del ataque del sistema inmune del organismo contra las células de cáncer de páncreas, según han publicado científicos de la Escuela de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York, en 'Cancer Research', la revista de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer.
El estudio encontró que las células tumorales pancreáticas producen y liberan una proteína de señalización inmune, la interleucina-1beta (IL-1beta) y ha demostrado que esto reduce las respuestas inmunitarias contra el cáncer, lo que promueve el crecimiento de adenocarcinoma ductal pancreático o PDA, una forma de cáncer que generalmente es mortal en dos años.
Los investigadores comprobaron que bloquear la acción de IL-1beta en ratones con anticuerpos causó una disminución del 32 por ciento en el crecimiento tumoral de PDA.
Otros experimentos combinaron el anticuerpo anti-IL-1beta, que se desliza y neutraliza su objetivo, con un tratamiento de anticuerpos ya aprobado que cierra el punto de control de la proteína llamado PD1. Para evitar que las células normales sufran un ataque inmunitario, el sistema inmunitario utiliza puntos de control en las células inmunes que las apagan cuando reciben la señal correcta.
Las células cancerosas secuestran los puntos de control para apagar el sistema, lo que lleva a la supresión inmune de las células T CD8+ que de otro modo matarían las células cancerosas. Las terapias llamadas inhibidores de punto de control contrarrestan este efecto.
Si bien son eficaces contra muchos tipos de cáncer, los inhibidores de los puntos de control han fallado en el PDA, con una tasa de respuesta en tumores tan baja como aproximadamente el tres por ciento en algunos ensayos, y las limitaciones atribuidas a la pobre infiltración de células T CD8+ y la supresión inmune.
Según el presente estudio, agregar anticuerpos anti-IL-1beta al tratamiento con anticuerpos anti-PD-1 duplicó la infiltración de tales células T en los tumores PDA y aumentó la actividad antitumoral del bloqueo de PD-1 en un 40 por ciento.
"Al diseñar ratones con versiones de PDA que carecen del gen IL-1beta, descubrimos por primera vez que las células de cáncer de páncreas producen IL-1beta, y que es esencial para el crecimiento continuo de los tumores PDA", explica el autor principal del estudio Dafna Bar-Sagi, vicedecano de Ciencia y Director Científico de NYU Langone Health.
"El bloqueo de IL-1beta con un tratamiento con anticuerpos puede representar otra forma de hacer que los tumores pancreáticos sean vulnerables al sistema inmunitario --continúa--, con el potencial de aumentar significativamente la efectividad de los inhibidores de punto de control si se combinan".
El nuevo hallazgo está en línea con el trabajo anterior en otros laboratorios que describieron el microbioma del páncreas como alterada en presencia de PDA y un factor en el crecimiento del cáncer. El campo había asignado tradicionalmente la producción de IL-1beta a las células inmunes, pero el nuevo trabajo encuentra que las células tumorales pancreáticas también pueden producirse en respuesta a las proteínas emitidas por ciertas bacterias.
Se descubrió también que los productos bacterianos activan proteínas en las superficies de las células cancerosas llamadas receptores tipo toll, que desencadenan reacciones en cadena que se requieren para la producción de IL-1beta en las células cancerosas.
El equipo de investigación también comprobó que una mayor producción de IL-1beta hacía que las células estrelladas pancreáticas cercanas aumentaran la producción de proteínas densas y estructurales como el colágeno. La desmoplasia es el crecimiento excesivo de dicho tejido fibroso que a menudo ocurre cerca de los tumores pancreáticos y que se ha relacionado con la resistencia al tratamiento.
Asimismo se descubrió que las células estrelladas activas desencadenan la producción de proteínas de señalización que atraen a las células inmunes llamadas macrófagos hacia los tumores y las programa para convertirse en el tipo (M2) que suprime las reacciones inmunes.
Los experimentos también confirmaron que niveles más altos de macrófagos de IL-1beta y M2, junto con la desmoplasia impulsada por fibroblastos, redujeron la capacidad de las células T CD8+ que matan las células cancerosas para penetrar en los tumores.
"Este trabajo proporciona una fuerte evidencia de que bloquear la acción de IL-1beta permite a las células T penetrar mejor en los tumores y matar las células cancerosas, mecanismos con potencial para superar la limitación de las inmunoterapias disponibles actualmente en el tratamiento del cáncer de páncreas", explica el primer autor Shipra Das, que era miembro del laboratorio de Bar-Sagi en el momento en que se realizó el estudio.