MADRID 28 Ene. (EUROPA PRESS) -
El ácido hialurónico, o HA, es una presencia conocida en los tumores pancreáticos, pero un nuevo estudio de investigadores del Centro de Cáncer Rogel de la Universidad de Michigan en Estados Unidos muestra que el ácido hialurónico también actúa como alimento para las células cancerosas. Estos hallazgos brindan información sobre cómo crecen las células de cáncer de páncreas e indican nuevas posibilidades para tratarlas.
"Un tema central de mi laboratorio de investigación es que el cáncer de páncreas no responde al arsenal común de enfoques de tratamiento. Necesitamos pensar en este desafío de manera diferente", señala Costas Lyssiotis, investigador principal del estudio, quien junto a su equipo investiga metabolismo del cáncer de páncreas en modelos preclínicos: cómo las células obtienen nutrientes y el espectro de nutrientes que utilizan para impulsar el crecimiento y permitir la resistencia terapéutica.
El microambiente tumoral, o las células que componen el tumor, son una combinación de muchos tipos de células diferentes, algunas malignas y otras no. El microambiente de un tumor pancreático es altamente estromal, lo que significa que la masa en sí está compuesta principalmente de tejido conectivo y células inmunitarias no cancerosas.
"El estroma ocurre en el proceso de cicatrización natural del cuerpo. A medida que se forman estas cicatrices, se libera una gran cantidad de ácido hialurónico", afirma Lyssiotis, quien ha publicado su estudio en 'eLife'.
El ácido hialurónico, un polímero o cadena larga de azúcares, es excelente para atraer y retener agua. Cuando hay mucho, los tumores pancreáticos se vuelven hiperdensos, colapsando las venas y el flujo sanguíneo. Lyssiotis dice que estos tumores se vuelven muy duros. "No es que no haya venas o arterias dentro del tumor. Pero la vasculatura que hay allí no puede soportar la presión extrema", explica.
La mayoría de los estudios sobre el ácido hialurónico en el cáncer de páncreas se han centrado en su papel en la creación de esta densidad. Un ensayo clínico reciente sin éxito incluso exploró formas de degradar el ácido hialurónico y liberar presión sobre los tumores para permitir que la vasculatura se expanda y administre medicamentos, que generalmente son difíciles de administrar debido a la falta de flujo sanguíneo.
Lyssiotis y su laboratorio querían comprender el ácido hialurónico más allá de su contribución a la composición fisiológica de las células de cáncer de páncreas. Consideraron la densidad de estos tumores y se preguntaron cómo obtienen los nutrientes que alimentan el crecimiento de las células y se convierten en tumores, si las células cancerosas no tienen acceso a los nutrientes derivados de la sangre.