MADRID, 4 May. (EUROPA PRESS) -
Un estudio internacional ha revelado que casi el 13 por ciento de los pacientes hospitalizados por COVID-19 presentan síntomas neurológicos graves.
La infección por el SARS-CoV-2 provoca la disfunción de múltiples sistemas orgánicos, incluido el sistema nervioso. Los síntomas neurológicos se notifican con frecuencia incluso en pacientes con una enfermedad leve y, en algunos casos, estos síntomas neurológicos pueden persistir como parte del COVID de larga duración.
Para describir la prevalencia, los factores de riesgo asociados y los resultados de las manifestaciones neurológicas graves entre los pacientes hospitalizados con infección por el coronavirus SARS-CoV-2, los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston (Estadso Unidos) estudiaron a 16.225 pacientes de 179 hospitales de 24 países como parte del Estudio Universitario sobre Infecciones Virales y Enfermedades Respiratorias de la Sociedad de Medicina de Cuidados Críticos.
Los investigadores descubrieron que casi el 13 por ciento de los pacientes ingresados por COVID-19 en el primer año de la pandemia desarrollaron manifestaciones neurológicas graves.
En concreto, 1.656 (10,2 por ciento) tenían encefalopatía (cualquier enfermedad difusa del cerebro que altera la función o la estructura cerebral) en el momento del ingreso, 331 (2,0 por ciento) tuvieron un accidente cerebrovascular, 243 (1,5 por ciento) tuvieron una convulsión y 73 (0,5 por ciento) tuvieron meningitis o encefalitis en el momento del ingreso o durante la hospitalización.
"Nuestros resultados muestran que la encefalopatía al ingreso hospitalario está presente en al menos uno de cada 10 pacientes con infección por SARS-CoV-2, mientras que el ictus, las convulsiones y la meningitis/encefalitis fueron mucho menos comunes al ingreso o durante la hospitalización", explica la autora correspondiente, la doctora Anna Cervantes-Arslanian.
Además, descubrieron que todas las manifestaciones neurológicas graves se asociaban a una mayor gravedad de la enfermedad, a una mayor necesidad de intervenciones en la UCI, a una mayor duración de la estancia, al uso de ventiladores y a una mayor mortalidad.
Según los investigadores, los pacientes con manifestaciones neurológicas eran más propensos a tener comorbilidades médicas. En particular, los antecedentes de ictus o trastornos neurológicos aumentaban las probabilidades de desarrollar una manifestación neurológica.
Además, descubrieron que las manifestaciones neurológicas diferían según la raza. Los pacientes negros presentaban una mayor frecuencia de ictus, convulsiones y encefalopatía en comparación con los pacientes blancos.
"Dada la asociación de las manifestaciones neurológicas con peores resultados, se necesitan desesperadamente más estudios para entender por qué se producen estas diferencias y qué se puede hacer para intervenir", remacha Cervantes.