MADRID 10 Nov. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación internacional sobre la carga económica de la incontinencia urinaria revela que el coste de sus cuidados alcanzará unos 69.100 millones de euros en 2023 en Europa si no se toman medidas.
Estos costes incluyen el impacto de la incontinencia en la salud de las personas, los costes de las consultas médicas y de productos como los absorbentes para la incontinencia, el absentismo laboral relacionado con la incontinencia, los ingresos en residencias de ancianos y el impacto medioambiental de los cuidados para la incontinencia.
Si no se toman medidas en favor de la salud de las personas con incontinencia, la carga económica podría aumentar un 25% en 2030, hasta los 86.700 millones de euros, advierten los expertos, y esta carga económica aumenta considerablemente si se incluyen los costes de los cuidadores.
Unos 55-60 millones de europeos padecen problemas de salud de la continencia (la capacidad de controlar la vejiga y el intestino). Sin embargo, se desconoce en gran medida la carga sanitaria, económica y medioambiental atribuida a la incontinencia urinaria (IU).
Por ello, la Asociación Europea de Urología, junto con 22 partes interesadas, ha lanzado una campaña, 'Urge actuar', cuyo objetivo es lograr un cambio sustancial en las políticas relacionadas con la incontinencia en toda Europa. Esta campaña se pondrá en marcha el 8 de noviembre en Bruselas, en la primera Cumbre Europea de Salud de la Continencia.
En la Cumbre, un informe socioeconómico, el primero de este tipo, presenta la carga de la IU en los países de la Unión Europea (UE) en términos de prevalencia, costes sanitarios e impacto medioambiental de 2023 a 2030.
El informe demuestra que, en todos los países de la UE, la carga económica estimada de la IU era de 69 100 millones de euros en 2023. La carga económica para las mujeres era cuatro veces superior a la de los hombres, y la carga económica aumenta en un 16 % si se tiene en cuenta el apoyo informal prestado por los cuidadores.
En cuanto a la eliminación de residuos de absorbentes para la incontinencia, el coste de la incineración (quema de los absorbentes) fue ligeramente inferior al del reciclado. Sin embargo, la huella de carbono del reciclaje es significativamente menor.
El análisis económico presentado en este informe calcula que la carga económica de la IU podría aumentar un 25% si no se toman medidas, hasta los 86.700 millones de euros en 2030. Si no se mejora la concienciación, la prevención, el tratamiento y el uso racional de los recursos de las tecnologías de la continencia en los casos en que esta afección, a menudo crónica, no pueda curarse, lo más probable es que la carga económica aumente.
Para presentar soluciones, se lanza paralelamente el manifiesto para la reforma política sobre la transformación de la salud de la continencia en la UE.
El manifiesto, respaldado por 23 organizaciones, pide cambios políticos concretos para hacer frente a los retos que plantea el informe y hace 10 recomendaciones de alto nivel a los responsables políticos europeos y nacionales para que reconozcan la importancia de la atención a la continencia centrada en el paciente y promuevan una comprensión holística de los intrincados vínculos entre la salud de la continencia y el envejecimiento saludable, la salud de la mujer, así como áreas de enfermedad como el cáncer, la salud mental, los problemas neurológicos y varias otras comorbilidades como la obesidad.
Para ello será necesario aumentar la financiación de la investigación sobre la continencia.
El profesor Philip Van Kerrebroeck, copresidente de la Oficina Política de la Asociación Europea de Urología y destacado experto en el campo de la incontinencia, afirma que "los problemas de incontinencia se dejan sentir en todos los sexos, edades y entornos socioeconómicos, y pueden tener graves repercusiones negativas en la calidad de vida de las personas".
"Las consecuencias físicas, psicosociales y económicas para los pacientes y sus cuidadores suponen un obstáculo para su plena participación en la sociedad --añade--. Una salud óptima en materia de continencia debería ser una realidad para todos".
Dado que el riesgo de problemas de continencia suele correlacionarse con afecciones que se desarrollan o intensifican a medida que las personas envejecen, se prevé que estos problemas aumenten, ya que la población europea envejece a un ritmo acelerado.
Los profesionales sanitarios y los cuidadores informales están haciendo todo lo posible dentro de las limitaciones existentes en los distintos sistemas sanitarios. Sin embargo, los sistemas actuales aún no están totalmente adaptados para apoyar los cuidados de la continencia.
Las políticas y leyes tanto de los Estados miembros de la UE como de los países europeos no miembros tienden a descuidar los cuidados de la continencia a pesar de su prevalencia, su gravedad y la disponibilidad de soluciones, alerta el estudio.
Por ello, Van Kerrebroeck asegura que "es hora de pasar a la acción y transformar esta cuestión desatendida para hacer frente al reto sanitario de la continencia al que se enfrenta Europa".
"En nuestra campaña 'Urge actuar' queremos concienciar a los responsables políticos de que hay muchas maneras de mejorar la salud de la continencia, mediante una mayor prevención, mejores cuidados, acceso a intervenciones de apoyo, incluido el tratamiento, y entornos más inclusivos --subraya--. Hay que hacer mucho más para reducir los gastos directos, la carga que soportan los pacientes, sus cuidadores y la sociedad".