MADRID, 18 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigadores europeo-israelí ha publicado un artículo en la revista científica 'Nature Medicine' que muestra cómo se producen importantes alteraciones en el microbioma intestinal de los pacientes que sufren enfermedades cardíacas.
El intestino humano contiene billones de bacterias, denominadas colectivamente microbioma intestinal, que pueden tener efectos positivos y negativos en la salud humana. Cuando están en equilibrio, funcionan como una fábrica química interna que produce numerosos compuestos que promueven la buena salud.
Sin embargo, un estilo de vida poco saludable -una mala alimentación, el tabaquismo, la falta de actividad física o las enfermedades- puede alterar el equilibrio, haciendo que el microbioma produzca, en cambio, compuestos que pueden desencadenar múltiples trastornos crónicos no transmisibles en personas con alto riesgo genético, como el infarto de miocardio, la angina de pecho o la insuficiencia cardíaca.
Los científicos ya han descubierto que el microbioma intestinal está alterado en las personas con cardiopatías crónicas. Posteriormente, identificaron compuestos producidos por el microbioma enfermo, por ejemplo, un compuesto bacteriano llamado trimetilamina (TMA) que, tras modificarse en el hígado del huésped humano, provoca arteriosclerosis.
Sin embargo, estos hallazgos sobre la alteración del microbioma intestinal se cuestionan porque se obtuvieron en estudios de pacientes medicados. Los pacientes con enfermedades cardíacas reciben varios fármacos diferentes, cada uno de los cuales se sabe que modifica el microbioma intestinal. En consecuencia, no estaba claro si los fármacos o la propia enfermedad cardíaca eran los causantes de la alteración del microbioma intestinal de las personas con trastornos cardiovasculares.
Otra complicación reside en el hecho de que las enfermedades cardíacas suelen desarrollarse junto con las primeras fases del sobrepeso y la diabetes de tipo 2, que también se caracterizan por tener un microbioma intestinal alterado. Por lo tanto, queda por demostrar si un microbioma intestinal desequilibrado es una característica de la propia enfermedad cardíaca.
LAS CARDIOPATÍAS PROVOCAN IMPORTANTES ALTERACIONES EN EL MICROBIOMA INTESTINAL
Para responder a estas preguntas críticas, un consorcio europeo de investigadores creó en 2012 el proyecto de investigación MetaCardis, financiado por la UE, para investigar el papel de los microbios intestinales en las enfermedades cardiometabólicas.
"Aplicamos un diseño de estudio que refleja el inicio y la escalada de la enfermedad cardíaca a lo largo del tiempo, sustituyendo un estudio longitudinal del microbioma intestinal que, de otro modo, sería imposible de realizar dados los 50-60 años que se tarda en desarrollar los síntomas de la arteriosclerosis y tener el diagnóstico de la enfermedad cardíaca", explica el profesor Oluf Pedersen, de la Universidad de Copenhague, líder del estudio.
Los investigadores reclutaron a 1.241 personas de mediana edad de Dinamarca, Francia y Alemania, entre las que había individuos sanos, individuos con obesidad y diabetes de tipo 2 pero sin diagnóstico de enfermedad cardíaca, y pacientes con infarto de miocardio, angina de pecho o insuficiencia cardíaca.
Los investigadores cuantificaron unas 700 especies bacterianas diferentes y estimaron sus funciones en el microbioma intestinal, y compararon estos resultados con más de 1.000 compuestos que circulan en la sangre, muchos de los cuales proceden de la fábrica química del interior del intestino.
"Descubrimos que alrededor de la mitad de estas bacterias intestinales y compuestos sanguíneos se modificaban por el tratamiento farmacológico y no estaban directamente relacionados con la enfermedad cardíaca o con las primeras fases de la misma, como la diabetes o la obesidad, que se producen antes del diagnóstico de la enfermedad cardíaca", afirma el profesor Oluf Pedersen.
Entre la mitad restante, alrededor del 75 por ciento de las alteraciones del microbioma intestinal se produjeron en las primeras etapas de la enfermedad, como el sobrepeso y la diabetes de tipo 2, muchos años antes de que los pacientes notaran cualquier síntoma de enfermedad cardíaca.