MADRID, 5 Jun. (EUROPA PRESS) -
El doctor Felipe Prósper, investigador senior del Cima, director del área de Terapia Celular y codirector del Servicio de Hematología de la Clínica Universidad de Navarra, ha lamentado que en la implementación de las innovadoras terapias CAR-T en España "está habiendo demasiados aspectos políticos implicados en las decisiones, que deberían tener un carácter mucho más técnico y científico".
"Por motivos que no están del todo claros, se están mezclando aspectos políticos con temas que deberían ser más técnicos. Tenemos que esperar que se vayan tomando las decisiones de la acreditación de centros cada vez más en función de aspectos técnicos y facilitadores: el objetivo al final es que la terapia sea aplicable al mayor número de pacientes que lo necesiten y que tengan los criterios para recibirla", ha explicado en declaraciones a Europa Press con motivo del 'Curso de Inmunoterapia y Terapia Celular en Hemato-Oncología', organizado por la Clínica Universidad de Navarra este miércoles y jueves en Madrid.
Los desafíos que supone el tratamiento con células CAR-T y su sostenibilidad en el Sistema Nacional de Salud (SNS) son algunos de los temas centrales de estas jornadas, que reunirá a cerca de 200 especialistas en Hemato-Oncología, investigadores, representantes políticos y de la industria farmacéutica , para tratar la evolución de las terapias avanzadas contra cánceres hematológicos y los retos en su regulación y equidad en el acceso de los pacientes a estos innovadores tratamiento.
Al respecto, Prósper considera que los obstáculos más importantes que tiene por delante la implementación de las CAR-T son, en primer lugar, "situar esta terapia en su contexto de eficacia real". "Es muy eficaz, aplicable a un grupo bastante restringido de pacientes y no exenta de efectos adversos. Por tanto, no estamos ante la panacea que va a curar a todos los enfermos, sino ante una terapia que abre puertas a pacientes que antes no las tenían. Hay que utilizarla en su contexto y con prudencia", resume.
En este contexto, considera que la sostenibilidad en el SNS es otro de los retos. "Hay que buscar formas imaginativas de que sea sostenible. Quizá en algunos momentos puede ser la combinación de centros CAR-T académicos con industriales, en otras la colaboración público-privada... Hay que buscar fórmulas que las hagan sostenibles para que así lleguen a más pacientes", apunta Prósper.
El experto recuerda que son fármacos "muy caros", pero puntualiza que "a veces hay un poco de confusión". "El tratamiento de un paciente con mieloma ante una recaída combinando fármacos cuesta entre 150.000 y 200.000 euros al año. Cuando pones un CAR-T, vas a gastar 250.000-300.000 euros en un único fármaco pero sin administración a lo largo del año", justifica.
Así, insiste en que existe un supuesto en el que "quizá no sean tan caros": "Si realmente llegaran a curar, habría que ponerlos en el equilibro entre el beneficio que obtienes y la disminución de uso de recursos sanitarios, de otros fármacos y la productividad por el aumento de la calidad de vida del paciente".
Se ha demostrado que las CAR-T son eficaces en leucemia linfoblástica aguda y linfoma B difuso de células grandes, y "en breve" en angioma, todas ellas enfermedades hematólogicas. Sin embargo, el experto avanza que "el reto fundamental son los tumores sólidos". "Conseguir una eficacia similar a la registrada en leucemias y linfomas depende de conocer mejor la biología de estos tumores y de la respuesta inmune a las CAR-T", detalla.
"El principal problema es que los tumores sólidos son más capaces de esconderse e impedir que las CAR-T actúen. Tienen menos antígenos específicos y un medio ambiente más hermético a la actividad de estas terapias. Tratar de identificar mejores antígenos específicos de los tumores y ver cómo eludimos la eficacia del medio ambiente tumoral para inhibir la respuesta inmunitaria serían los dos ejes donde trabajar", concluye Prósper.