MADRID, 28 Abr. (EUROPA PRESS) -
Mucho antes de que el mieloma múltiple se convierta en una enfermedad maligna, la colección de células del sistema inmunológico y de portadores de señales entre las células tumorales sufre cambios drásticos, con alteraciones tanto en el número como en el tipo de células inmunológicas, informan los investigadores del Instituto de Cáncer Dana-Farber, el Instituto Broad del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y Harvard, y el Hospital General de Massachusetts (MGH) en un nuevo estudio que publica la revista 'Nature Cancer'.
Estos hallazgos son un paso hacia un tratamiento más personalizado del mieloma múltiple. Los tratamientos futuros pueden estar orientados al microambiente inmune de la enfermedad de cada paciente, la constelación específica de células inmunes en y alrededor del tejido del mieloma, dicen los autores del estudio.
"Nuestros resultados proporcionan un mapa completo de los cambios inmunes que tienen lugar en el mieloma premaligno --explica Irene Ghobrial, del Dana-Farber Broad Institute, coautora principal del estudio con Gad Getz, del Instituto Broad y el MGH--. El descubrimiento de que el microambiente inmunitario es anormal incluso en las etapas más tempranas de la enfermedad puede sugerir estrategias para atacar el mieloma antes de que se vuelva maligno".
El mieloma múltiple es un cáncer de glóbulos blancos conocido como células plasmáticas en la médula ósea. Está precedido por afecciones precursoras conocidas como gammapatía monoclonal de importancia desconocida (MGUS) y mieloma múltiple latente (SMM), en el que las personas tienen células plasmáticas anormales en la médula ósea pero sin síntomas físicos ni problemas orgánicos.
Debido a que no todas las personas con MGUS o SMM desarrollan mieloma absoluto, el tratamiento no comienza hasta que aparecen los síntomas del mieloma, como dolor óseo, recuentos sanguíneos bajos, problemas renales y daño nervioso.
Los investigadores están trabajando en formas de intervenir en el proceso de la enfermedad desde el principio para identificar a las personas en riesgo y prevenir el desarrollo de mieloma en toda regla.
El nuevo estudio representa la primera vez que la secuenciación de ARN de una sola célula, en la que los científicos extraen células individuales de tejido y escanean su ARN para determinar qué genes están activos, se ha utilizado para identificar las características del microambiente inmune en condiciones precursoras de mieloma.
"Queríamos entender los cambios que ocurren en el microambiente a medida que la enfermedad progresa de MGUS a SMM para revelar mieloma, en comparación con la médula ósea de donantes de tejidos sanos --explica el coautor principal Oksana Zavidij, de Dana-Farber y el Broad Institute--. El enfoque finalmente podría arrojar luz sobre por qué algunos pacientes progresan a mieloma mientras que otros no y ayudarnos a dirigir mejor los tratamientos a pacientes individuales".
El análisis reveló tres cambios inmunes importantes al inicio del desarrollo del mieloma. Por un lado, un aumento en el número de células 'asesinas' naturales (NK) --glóbulos blancos que brotan para atacar a los invasores extraños y las células enfermas-- durante la MGUS. En pacientes con el mayor volumen de células NK, las células tienden a ser de un tipo que se introduce en la médula ósea en respuesta a las moléculas de señalización.
En segundo lugar, la pérdida, en SMM, de células T de memoria, glóbulos blancos que responden a bacterias, virus y células anormales propias. El hallazgo sugiere que los tratamientos que reponen o activan estas células podrían ser efectivos en algunos pacientes.
Y, por último, una desregulación de ciertos monocitos: glóbulos blancos grandes que se encargan de los intrusos. Estos monocitos normalmente muestran proteínas extrañas o tumorales en las células T, que utilizan esa información para atacar las células infectadas o cancerosas. Sin embargo, en las condiciones precursoras del mieloma, las células de mieloma evitan que se presenten estas proteínas, lo que resulta en un ataque inmune debilitado contra el cáncer.
"Estos cambios no correspondían a ninguna condición precursora en particular --señala coautor principal Nicholas Haradhvala, del Broad Institute, MGH, y el Harvard Graduate Program in Biphysics--. Se encontraron en diferentes combinaciones en pacientes con MGUS y SMM, lo que sugiere un eje sobre el cual los pacientes podrían estratificarse para la evaluación del riesgo específico de progresión individual y el potencial de intervención temprana".
"Nuestros hallazgos han descrito el panorama del sistema inmunitario desregulado que se puede utilizar para el seguimiento en estudios mucho más grandes y construir asociaciones sólidas con el riesgo y la progresión del paciente", agrega Getz.