Calor en verano para el dolor: cuándo ayuda y cuándo puede ser peligroso

Archivo - Bolsa de agua caliente.
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Publicado: viernes, 4 julio 2025 8:36

   MADRID, 4 Jul. (EDIZIONES) -

   El calor puede ser un gran aliado contra el dolor, pero en verano su uso requiere precaución. Dolores musculares, articulares o contracturas pueden aliviarse con una fuente de calor localizada, como una manta eléctrica o una ducha caliente. Sin embargo, las altas temperaturas estivales pueden convertir esta técnica en un riesgo si no se aplica correctamente. ¿Cuándo es útil y cuándo conviene evitarla?

   El doctor Luis Miguel Torres Morera, presidente de la Sociedad Española Multidisciplinar del Dolor (SEMDOR), nos da las claves para beneficiarnos de la terapia térmica sin comprometer nuestra salud durante los meses más calurosos del año: "Sí, el calor es útil en verano para aliviar ciertos tipos de dolor, especialmente el osteomuscular y articular".

Sin embargo, "hay que tener precaución con las altas temperaturas ambientales para evitar riesgos como golpes de calor o bajadas de tensión. La clave está en saber cuándo y cómo aplicarlo de forma segura; y para ello es fundamental el control médico".

   Tal y como explica este experto, la terapia de calor consiste en aplicar una fuente de calor local (como una manta eléctrica, una bolsa de agua, o una ducha caliente) sobre una zona del cuerpo dolorida: "Este calor mejora la circulación sanguínea, relaja los músculos, y reduce la rigidez, por lo que es especialmente útil para dolores musculares, contracturas, lumbalgias, cervicalgias, y artrosis".

¿MISMO EFECTO EL CALOR EN VERANO QUE EN INVIERNO?

   Queremos aclarar entonces con este especialista si el uso del calor como terapia tiene los mismos efectos en verano que en invierno, subrayando el doctor Torres que el efecto terapéutico del calor no cambia, pero en verano debemos tener más cuidado.

   "La temperatura ambiente elevada puede aumentar el riesgo de deshidratación, la sensación de malestar, o incluso bajadas de tensión si aplicamos calor de forma prolongada, o en lugares mal ventilados. Es decir, el calor sigue funcionando, pero debemos adaptarlo al clima", incide este profesor titular de Anestesia de la Universidad de Cádiz.

   Con ello, recuerda que la terapia con calor puede seguir siendo muy útil en contracturas musculares, en sobrecargas musculares y articulares después del ejercicio, en el caso del dolor cervical o lumbar, y ante la rigidez articular en personas con artrosis. "Siempre que se use con sentido común y control médico es una herramienta segura y eficaz", asegura este experto en medicina del dolor.

   En cuanto a si existen riesgos o contraindicaciones al usar calor en verano, especialmente con altas temperaturas, el presidente de SEMDOR mantiene que sí, y sobre todo si se usa de forma prolongada, en lugares muy calurosos, o sin una buena hidratación y ventilación.

   "El calor excesivo puede causar bajadas de tensión, mareos, deshidratación o incluso golpes de calor, especialmente en personas mayores o con enfermedades crónicas, o cardiovasculares. También está contraindicado si hay infección, inflamación aguda o una herida abierta", remarca el doctor Torres.

ALTERNATIVAS AL CALOR EN VERANO

   Es por eso por lo que subraya que en verano hay ocasiones en las que puede ser más cómodo el recurrir a ejercicios suaves en el agua, a estiramientos, a masajes, a fisioterapia, a técnicas de relajación o al mindfulness, ante una situación de dolor.

   "También pueden utilizarse fármacos, si están indicados, y algunas terapias locales como geles antiinflamatorios o dispositivos de electroestimulación (TENS), que no generan calor", sostiene este especialista en medicina del dolor.

   Apunta igualmente que el frío es más adecuado frente al dolor cuando hay inflamación o edemas: "Por ejemplo, tras una torcedura, una tendinitis aguda, o después de una cirugía, o de un traumatismo. El frío ayuda a reducir la inflamación, el enrojecimiento, y la sensación de calor local. También puede aliviar dolores de cabeza tensionales, o ciertos dolores neuropáticos".

CONSEJOS PARA EVITAR COMPLICACIONES

   Es por todo ello por lo que el doctor Luis Miguel Torres Morera, presidente de la Sociedad Española Multidisciplinar del Dolor, aporta las siguientes recomendaciones generales para las personas que usan terapias térmicas en casa durante el verano, y con el objetivo de evitar complicaciones:

   Usar el calor en sesiones cortas (máximo 15 minutos), preferiblemente en espacios frescos y bien ventilados. Evitar su uso en las horas de más calor del día. No aplicar el calor directamente sobre la piel: siempre proteger con un paño. Mantenerse bien hidratado. Interrumpir la aplicación si hay mareo, sudoración excesiva, o malestar. Consultar siempre al médico si el dolor no mejora o empeora.

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