MADRID, 1 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos) sugiere que más de cuatro de cada cinco mujeres mayores supervivientes de cáncer colorrectal pueden presentar diversos síntomas gastrointestinales muchos años después de haber sido diagnosticadas y tratadas.
Utilizando datos de la Iniciativa para la Salud de la Mujer (Women's Health Initiative), los investigadores descubrieron que el 81 por ciento de las supervivientes de cáncer colorrectal presentaban síntomas gastrointestinales persistentes, siendo la hinchazón abdominal y los gases los problemas más frecuentes y graves. El tiempo medio transcurrido desde el diagnóstico fue de ocho años para todos los participantes cuyos datos se utilizaron en el estudio.
El análisis, publicado en la revista 'PLOS ONE', también mostró que los síntomas gastrointestinales graves estaban relacionados con una mala calidad de vida, la interferencia con las actividades sociales y físicas cotidianas y una baja satisfacción con la imagen corporal.
"Muchos tratamientos contra el cáncer han tenido un gran éxito y muchos supervivientes viven más tiempo que nunca", afirma la autora principal del estudio, Claire Han, profesora adjunta de Enfermería en la Universidad Estatal de Ohio. "Los síntomas gastrointestinales entre los supervivientes han sido poco investigados en el pasado, pero encontramos que son muy prevalentes incluso hasta 25 años después del diagnóstico, lo que sugiere que es muy importante considerar la gestión de los síntomas gastrointestinales como parte de su atención de supervivencia", ha apuntado.
Mientras que la depresión, la ansiedad y la fatiga son comúnmente monitoreados después del diagnóstico y tratamiento del cáncer, han ha contado que, cuando trabajaba como enfermera en prácticas, escuchó de muchos supervivientes de cáncer colorrectal que experimentaban síntomas gastrointestinales y que tenían dificultades para encontrar alivio.
Este análisis secundario no puede identificar las razones de los síntomas, pero la localización del cáncer en el colon y el recto y los efectos relacionados con el tratamiento sobre el intestino y los microbios que lo habitan podrían ser un factor.
El estudio ha demostrado que los síntomas gastrointestinales iban acompañados del malestar psicológico que sufren muchos supervivientes de cáncer, pero no se pudo determinar si los problemas intestinales eran causa o consecuencia de los problemas de calidad de vida, en particular la fatiga, los problemas de sueño, la depresión y la ansiedad.
"Los supervivientes de cáncer con síntomas psicológicos elevados podrían tener un mayor nivel de estrés que podría inflamar el intestino y provocar síntomas gastrointestinales", ha señalado Han. "La dirección causal podría ser bidireccional: qué aparece primero no importa realmente porque ambos tipos de síntomas están presentes", ha añadido.
Los datos sobre 413 supervivientes de cáncer colorrectal para esta investigación procedían del estudio 'Vida y Longevidad después del Cáncer' (LILAC) de la Iniciativa de Salud de la Mujer, en el que participaron mujeres posmenopáusicas a las que se habían diagnosticado ciertos tipos de cáncer. Su edad media era de 71 años, con una edad media en el momento del diagnóstico de casi 63 años. El 63,2 por ciento de la muestra se había sometido a una intervención quirúrgica para tratar el cáncer, y el 34,4 por ciento había recibido tratamientos múltiples, como cirugía y quimiorradiación.
El análisis secundario incluyó datos de cuestionarios que evaluaban diversas medidas, como datos demográficos, síntomas gastrointestinales, síntomas no gastrointestinales, hábitos alimentarios y actividad física, así como el modo en que estas medidas afectaban a la calidad de vida.
Según Han, este es el primer estudio en supervivientes de cáncer que documenta el impacto de los síntomas gastrointestinales individuales frente a la consideración de los problemas intestinales en su conjunto.
El 54,2 por ciento de los participantes declararon hinchazón abdominal y gases (el 17,2% de los pacientes manifestaron síntomas de moderados a graves), seguidos de estreñimiento (44,1% en general, 12,6% de moderados a graves), diarrea (33,4% en general, 10,4% de moderados a graves) y dolor abdominal/pélvico (28,6% en general, 6,8% de moderados a graves). Cuando se combinaron todos los síntomas en una puntuación compuesta, el 15,4 por ciento de los supervivientes declararon síntomas gastrointestinales generales de moderados a graves.
Estar en los cinco años siguientes al diagnóstico y sobrevivir a un cáncer en estadio III se asociaron a una mayor probabilidad de declarar síntomas gastrointestinales persistentes. Y la gravedad de la depresión, la ansiedad, la fatiga y los problemas de sueño era mayor en el grupo con síntomas gastrointestinales que en las mujeres que no los tenían.
Estos y otros hallazgos sugieren la necesidad de intervenciones integrales para las supervivientes de cáncer colorrectal, según la autora del estudio, como apoyo psicosocial, tratamiento del dolor, asesoramiento nutricional individualizado y rehabilitación física.