MADRID 7 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un estudio publicado en 'JAMA Cardiology', realizado con 6000 mujeres estadounidenses de entre 63 y 99 años afirma que, en promedio, 3600 pasos por día a un ritmo normal se asocian con un riesgo 26% menor de desarrollar insuficiencia cardíaca.
Investigadores de la Universidad de California en San Diego, la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, el Centro Oncológico Fred Hutchinson, la Universidad de Stanford y la Universidad de Brown, todas ellas en Estados Unidos, contribuyeron al estudio.
El estudio observacional de la Women's Health Initiative analizó específicamente la actividad física, el tiempo sedentario y el riesgo de insuficiencia cardíaca medidos con un acelerómetro.
Se identificaron 407 casos de insuficiencia cardíaca, confirmados por médicos, durante un seguimiento medio de 7,5 años.
El riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca fue, en promedio, un 12% y un 16% menor por cada 70 minutos diarios dedicados a actividades de intensidad ligera y cada 30 minutos diarios dedicados a actividades de intensidad moderada a vigorosa, respectivamente.
Por el contrario, cada hora y media de tiempo sedentario se asoció, en promedio, con un riesgo 17% mayor de sufrir insuficiencia cardíaca.
Los participantes del estudio usaron un acelerómetro en la cadera durante hasta siete días consecutivos, excepto cuando estaban en el agua.
La actividad física ligera incluía actividades diarias habituales como el cuidado personal, las tareas del hogar y el cuidado de personas, mientras que la actividad de moderada a vigorosa implicaba caminar a un ritmo normal, subir escaleras o trabajar en el jardín.
El estudio es único porque analizó dos subtipos de insuficiencia cardíaca, el más común de los cuales es la insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada, a menudo abreviada como HFpEF.
Para la HFpEF se observó un patrón similar de menor riesgo con actividad diaria de intensidad más ligera y moderada, y mayor riesgo con tiempo sedentario prolongado.
La HFpEF es la forma más común de insuficiencia cardíaca observada en mujeres mayores y entre grupos raciales y étnicos minoritarios, y en la actualidad existen pocas opciones de tratamiento establecidas, lo que hace que la prevención primaria sea aún más relevante para la HFpEF.
La posibilidad de que las actividades ligeras de la vida diaria contribuyan a la prevención de la HFpEF en mujeres mayores es un resultado interesante y prometedor que futuros estudios evaluarán en otros grupos, incluidos los hombres mayores, según los investigadores.